1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Schröder: "No cuenten con el sí alemán"

22 de enero de 2003

El canciller Gerhard Schröder resolvió poner fin a las especulaciones en torno a cómo se pronunciará Alemania en la ONU, si se vota una resolución para autorizar la guerra contra Irak: Berlín no dará su aprobación.

https://p.dw.com/p/3CDq
"Por amor de Dios, No a la guerra": manifestación pacifista en Dresde.Imagen: AP

El jefe del gobierno germano, hasta ahora tan reacio a comprometer su palabra mientras no se conozcan las alternativas de una eventual segunda votación en el Consejo de Seguridad con respecto a Irak, ha optado por hablar claro: "No cuenten con que Alemania dé su consentimiento a una resolución que legitime una guerra", afirmó el canciller Gerhard Schröder.

Las opciones restantes

Conocidas eran sus promesas en cuanto a que los alemanes no tomarían parte en una operación bélica contra Irak. Pero eso admitía varias interpretaciones, comenzando por la de que simplemente no se enviarían tropas germanas a territorio iraquí. Lo de ahora, en cambio, va más lejos. Y suena a definitivo. O, al menos, haría falta mucha acrobacia verbal para relativizar semejante declaración. En suma, las posibilidades se reducen sólo a votar en contra, o abstenerse.

La pregunta que ocupa ahora a la esfera política germana es por qué Schröder no se mantuvo en el terreno de las evasivas y decidió aclarar las cosas, faltando menos de una semana para que el jefe de los inspectores de armas presente su informe ante el Consejo de Seguridad de la ONU. La oposición tiene su propia versión al respecto. A comienzos de febrero se llevarán a cabo elecciones regionales en dos estados federados alemanes. Y, en ambos casos, los socialdemócratas del canciller llevan las de perder, de acuerdo con los estudios demoscópicos.

¿Mero proselitismo?

El hecho se atribuye a las malas calificaciones que asigna mayoritariamente la población al gobierno en múltiples materias, como la política económica. En cambio, las encuestas arrojan resultados favorables a la línea gubernamental en lo tocante a la crisis iraquí. De acuerdo con el último sondeo del prestigioso instituto Forsa, el 69% de los entrevistados se pronunció por un voto negativo en el Consejo de Seguridad, si se trata de decidir sobre el inicio de una intervención militar. El 20% demandó una abstención. Esto, sumado al hecho de que Schröder haya develado el misterio justamente cuando hablaba en un acto de campaña electoral, es prueba suficiente para sus detractores: aseguran que, una vez más, el canciller intenta ganar votos para su partido, recurriendo al tema de Irak.

Pero ésta es probablemente una explicación demasiado simplista. Tras las múltiples advertencias sobre los efectos que podría tener la negativa de Alemania, sobre todo en sus magulladas relaciones con Estados Unidos, el canciller debe haber pensado muy bien antes de dar el paso. Por otra parte, la decisión sólo da muestra de coherencia política. Quien considera que la guerra no es la vía adecuada para lograr el desarme de Irak y, además, implica "riesgos incalculables" para la estabilidad de la región y la lucha global contra el terrorismo, difícilmente podría votar a favor de una resolución que le dé luz verde, sin desdecirse de sus planteamientos de fondo.