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"Riesgos impredecibles"

20 de enero de 2003

El ministro de Relaciones Exteriores alemán, Joschka Fischer, expuso en Nueva York el temor a que una guerra contra Irak socave la lucha global contra el terrorismo y pidió más tiempo para los inspectores de armas.

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Fischer y Powell en la sede de la ONU: las discrepancias persisten.Imagen: AP

En Nueva York se volvió a recordar este lunes cuál es el gran desafío que se plantea a la comunidad internacional en los inicios del siglo XXI: la lucha contra el terrorismo. La reunión de los ministros de Relaciones Exteriores de los países miembros del Consejo de Seguridad fue convocada por Francia, en un intento de evitar que el interés mundial siga centrado exclusivamente en los prolegómenos de una confrontación bélica con Irak. Esa es al menos la interpretación de los círculos diplomáticos. Y, aunque ciertamente la crisis iraquí estuvo presente en toda la jornada, el tenor oficial de la reunión no podría haber sido más apropiado para la primera intervención del jefe de la diplomacia alemana en este gremio.

El debut de Fischer

Joscka Fischer, el primer orador entre los ministros de Relaciones Exteriores, fue claro en exponer las razones del rechazo germano a una guerra con Irak. "Nuestra gran preocupación consiste en que una operación contra el régimen de Bagdad implicaría considerables e impredecibles riesgos para la lucha global contra el terrorismo", señaló el ministro alemán, añadiendo que también podría acarrear "fatales consecuencias para la estabilidad regional a largo plazo".

Las palabras de Fischer de seguro han de haber resultado gratas en diversos países árabes, que ven con creciente preocupación el inminente estallido bélico. En consecuencia, cabe esperar que se reciba allí con los brazos abiertos al representante germano, quien se dispone a viajar el fin de semana a la región en un nuevo esfuerzo diplomático por buscar salidas a la crisis.

La réplica de los halcones

Poco eco tuvieron, en cambio, en sus homólogos de Washington y Londres. En perceptible contraposición a los puntos de vista germanos, el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, hizo hincapié en que "no debemos dejarnos paralizar, sólo porque sentimos miedo de las serias decisiones que tenemos por delante". Su homólogo londinense, Jack Straw, indicó por su parte que una de las tareas principales de la ONU es evitar que ciertos países proporcionen armas atómicas, químicas o bacteriológicas a los terroristas. "Si logran conseguir semejantes armas, las utilizarán", subrayó el ministro británico.

Las posturas están definidas. Si bien en el seno del Consejo de Seguridad se mantiene pleno consenso en cuanto a que hay que cerrar filas contra el terrorismo, igualmente cierto es que las discrepancias saltan a la vista en lo tocante a cómo proceder con Irak. Por ahora, las esperanzas de quienes rechazan la salida bélica siguen depositadas en la labor de los inspectores de armas de la ONU. Y al menos en ese aspecto la jornada trajo una buena noticia desde Bagdad: un acuerdo de 10 puntos, en que las autoridades iraquíes se comprometen a cooperar más activamente con el equipo de Hans Blix.