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Volar no cuesta nada

27 de octubre de 2002

Desde el aeropuerto de Colonia emprendió el vuelo este domingo la compañía aérea Germanwings, otro competidor en el segmento de los precios bajos. Lufthansa tiene participación indirecta en la empresa.

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El director de Germanwings sonríe antes del despegue.Imagen: AP

Volar ya no es un lujo. Puede resultar incluso más barato que viajar en tren o en autobús, gracias a las nuevas compañías aéreas que están revolucionando el mercado de la aviación comercial en Alemania y el resto de Europa. Por 20 o 30 euros puede uno irse de compras a Milán, a ver una exposición en París, o a comer gambas en Barcelona. ¿Cómo resistir la tentación? Aunque todos adviertan que los gastos adicionales de una escapadita de fin de semana superan con mucho a los costos del pasaje, miles de personas están dispuestas a echarse a volar en las alas de Germanwings y sus semejantes.

Esta aerolínea de bajo costo es la quinta que emprende sus actividades en el último tiempo en Alemania. Las expectativas son más que buenas, a juzgar por el interés del público: Germanwings vendió más de 160. 000 pasajes antes de haber despegado. Y diariamente recibe entre 4000 y 5000 reservaciones, según explicó con orgullo su gerente ejecutivo, Joachim Klein. El 80% de las ventas se efectúa a través de internet.

Vientos a favor

Los vientos, evidentemente, soplan a favor de este concepto de Low Carrier Cost, importado de Estados Unidos y Gran Bretaña. Pionera en el segmento, la compañía irlandesa Ryanair, que vuela desde aeropuertos alemanes de provincia hacia diversos puntos de Europa, exhibe resultados envidiables. Mientras las aerolíneas tradicionales sufrían una crisis a nivel mundial, obtuvo ganancias récord en el período 2001/2002, transportando a más de 11 millones de pasajeros.

Hasta ahora, las líneas aéreas de bajo costo han logrado hacerse de un 5% del negocio. Pero el potencial de expansión es grande. Algunos expertos prevén que conquistarán hasta un 25% del mercado europeo, de aquí al año 2010. Claro que eso está por verse, y no faltan tampoco los entendidos que advierten de planes ilusorios de crecimiento.

Sólo sonrisas

El secreto de este sistema, que convierte los vuelos en una ganga, radica en que las empresas operan con costos hasta en un 60% inferiores a los de las empresas tradicionales. ¿Cómo lo consiguen? Básicamente evitando los grandes aeropuertos internacionales, con sus elevadas tasas, y reduciendo al mínimo los servicios en tierra. Quien tome uno de estos aviones tampoco puede esperar mucho más que una sonrisa de las azafatas. La atención a bordo se reduce a acomodar a los pasajeros. La comida y bebida, si la hay, corren por cuenta del viajero.

Pero a pocos les importa renunciar a un refrigerio, si a cambio pueden volar a precio módico. Más preocupa, en cambio, la posibilidad de que las empresas caigan en la tentación de ahorrar en materia de controles de seguridad. Sus ejecutivos, desde luego, lo niegan categóricamente y argumentan que ninguna de estas líneas puede permitirse un accidente.