Propuesta para evitar la parálisis europea
8 de junio de 2006
Para la próxima Cumbre Europea, la Comisión ha preparado una propuesta para hacer más efectiva, coherente y visible la política exterior de la UE. Previo a su presentación, el eurooptimista presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso, imprimió un tono menos oscuro al quehacer y al futuro del club europeo.
«Los ciudadanos europeos esperan que la Unión utilice su importante influencia internacional para proteger y promover sus intereses y nuestros socios internacionales desean a su vez que Europa asuma sus responsabilidades globales. La UE tendrá un mayor impacto actuando como un colectivo en lugar de como una suma de sus componentes, y creo que estamos presentando hoy propuestas muy constructivas y concretas», declaró Barroso
El documento previo a la Cumbre
El documento preparado propone, básicamente, intensificar la coordinación en cuanto a política exterior entre: por un lado, el Consejo de la Unión Europea y su secretario general, el Alto Representante para Política Exterior, Javier Solana; y por otro, la Comisión Europea, el ejecutivo del club, encargado de la parte administrativa y técnica.
Debido a que la Constitución -en donde se preveía el nombramiento de un ministro de Asuntos Exteriores europeo y la creación de un servicio diplomático-, la nueva propuesta opta por usar las estructuras de los tratados existentes para mejorar el funcionamiento de la UE y evitar así una parálisis.
Una unión de políticas, no una política
A este respecto, en conversación con DW-WORLD, el catedrático Heinz Kramer, investigador del la Fundación para Ciencias Políticas de Berlín opinó que si bien la política exterior europea tiene ahora un rostro con el Alto Representante, Javier Solana, se trata efectivamente de varias políticas juntas y no de una conjunta, lo cual no siempre resulta efectivo o coherente. "Más allá de una política conjunta comercial o de desarrollo, la UE requiere instrumentos de política exterior frente a terceros países", resalta Kramer.
El procedimiento existente es muy difícil
El procedimiento que se sigue hasta el momento suele ser tortuoso: cualquier posición conjunta que represente Solana ha tenido que pasar por un acuerdo entre los Estados miembros y la UE; y luego entre el Consejo y la Comisión. Aparte de ello, el que Barroso proponga ahora dar más atribuciones a la Comisión tiene también que ver con la poca claridad que existe en cuanto a la visión que se persigue, explica Kramer y cuestiona:
"En una política común europea, ¿debe predominar el nivel estatal o el nivel europeo? Si fuere el nivel europeo el predominante, ¿debe ser representado por el Consejo, con su Alto Representante, o por la Comisión? Mientras no se apruebe la Constitución -que prevé un servicio diplomático común y un ministro de Exteriores-, Barroso pretende ganar terreno para la Comisión y su presidente. Que Barroso exija más coordinación significa, sin embargo, una lucha de poder con el Alto Representante".
Independientemente de lo que resulte de esta propuesta para agilitar y volver más eficaz el asunto de la política común europea, según Kramer: "el camino hacia una política exterior común para la Unión Europea se encuentra trazado en la Constitución. Sin embargo, no hay que olvidar que algunos países tienen otra idea de las finalidades del club europeo y no lo ven precisamente como un actor político común. Mientras no se haya solucionado ese conflicto entre los países miembros, no habrá un número único al que llamar cuando de preguntas de política exterior europea se trate".