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Profunda brecha ante la guerra

20 de marzo de 2003

Críticas y llamados al cese inmediato de los ataques, emitidos en diversas capitales, contrastaron con las muestras de apoyo a Washington entregadas por "los dispuestos", en las primeras horas de la guerra contra Irak.

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El primer misil Tomahawk lanzado contra Irak.Imagen: AP

Con el inicio de la ofensiva militar contra Irak se incrementaron las tensiones entre opositores y partidarios de la guerra. Tanto en Berlín como París y Moscú hubo reacciones de rechazo y decepción, mientras Japón y Australia reiteraron su respaldo a la decisión del presidente estadounidense, George Bush.

Indignación en París

En París, el presidente francés, Jacques Chirac, dirigió un discurso televisado a la nación, en el que manifestó temer que esta guerra tenga "graves consecuencias" para el futuro. Junto con lamentar el operativo lanzado por Estados Unidos "sin el consentimiento de la ONU", subrayó que Francia, sus aliados y toda la comunidad internacional deben unirse "para volver a establecer la paz en Irak y otros lugares". En este contexto, el mandatario galo instó a la Unión Europea a construir "una política de defensa conjunta, que goce de credibilidad".

El parlamento francés interrumpió esta mañana brevemente su sesión, en protesta por la ofensiva militar. "Una guerra ilegítima y peligrosa acaba de comenzar", dijo el presidente del parlamento, Jean Louis Debré. Acto seguido suspendió el debate para demostrar, según señaló el político conservador, "en qué medida toda la asamblea nacional rechaza estos acontecimientos, que sigue con gran preocupación".

Rechazo en Moscú y Pekín

En Moscú, entretanto, el presidente ruso, Vladimir Putin, indicó pocas horas después de comenzar la operación militar que su país sigue insistiendo, "incondicionalmente", en la solución pacífica de los conflictos. En un mensaje dirigido al presidente de India, el gobernante ruso reiteró el apego de su país a la Carta de las Naciones Unidas y las normas del derecho internacional. "Simplemente no existe en la comunidad internacional otro mecanismo universal, que es necesario para dos y cada uno de los Estados", escribió Puntin.

El gobierno chino, por su parte, criticó la ofensiva estadounidense, calificándola de "violación de las normas internacionales". Junto con demandar el cese inmediato de los ataques, el ministerio de Relaciones Exteriores de Pekín apuntó que la decisión adoptada por la "coalición de los dispuestos" a ir a la guerra demuestra una falta de respeto por los reparos de la comunidad internacional.

Apoyo de los "duros"

En el bando de los aliados del presidente Bush en este conflicto, el tono fue diametralmente opuesto, como era de esperar. En Japón, el primer ministro Junichiro Koizumi reiteró su respaldo a Washington, indicando que "Irak ignoró las resoluciones de la ONU y no fue honesto". Al mismo tiempo, anunció ayuda para la reconstrucción de Irak. Australia, que está dispuesto a participar con cerca de 2000 soldados en el operativo, manifestó su esperanza de que la guerra sea breve, mientras desde las Filipinas también se expresó apoyo a la decisión estadounidense.

En Londres, el primer ministro Tony Blair se reunió a puerta cerrada con su gabinete de guerra, sin que se formulara declaraciones públicas en las primeras horas. No obstante, el ministro de Defensa, Geoff Hoon, indicó que las fuerzas militares británicas tomaron parte anoche en "un cierto número de operaciones preparatorias", sin especificar en qué consistieron. También el presidente del gobierno español, José María Aznar, reunió a su gabinete, en medio de fuertes críticas de la oposición. Madrid envió un buque-hospital a la región del Golfo Pérsico y se dispone a respaldar las operaciones bélicas con un barco cisterna y una fragata.