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Hondo pesar

20 de marzo de 2003

El gobierno alemán y los partidos que lo integran condenaron la guerra contra Irak, exigiendo un rápido término de los combates. El parlamento dedicó una sesión extraordinaria al tema.

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Joschka Fischer insistió en que "había alternativa".Imagen: AP

Preocupación y pesar definieron las reacciones de la esfera política alemana, tras el comienzo de la intervención militar estadounidense contra Irak. El canciller Gerhard Schröder reiteró en una reunión con la bancada de su partido socialdemócrata la oposición de su gobierno a esta guerra. Por su parte, el ministro de Relaciones exteriores, Joschka Fischer, insistió en que "había una alternativa", como lo demostraron los debates del Consejo de Seguridad de la ONU. El jefe de la diplomacia germana puntualizó que ahora de ningún modo debe producirse el empleo de armas de exterminio masivo, ni un ataque contra Israel.

Un portavoz gubernamental indicó en Berlín que el canciller está a disposición para sostener conversaciones con jefes de Estado o de gobierno. Las autoridades alemanas habían expresado en una primera reacción su inquietud por la población civil, subrayando que las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad deben asumir ahora el papel central en la restauración de la paz en Irak. Por su parte, el presidente del parlamento federal, Wolfgang Thierse, advirtió contra la utilización de armas de exterminio masivo en el conflicto.

Críticas a Washington

El estallido de la guerra alteró lógicamente la jornada en el parlamento, que pospuso el debate sobre el presupuesto nacional para dedicar una sesión extraordinaria al conflicto armado. Desde las bancadas de los partidos gobernantes, el Socialdemócrata y Los Verdes, volvieron a plantearse críticas por la decisión de Estados Unidos de actuar sin el consentimiento de las Naciones Unidas, punto de vista al que se sumaron también voces del opositor partido liberal (FDP).

El jefe de la fracción socialdemócrata, Franz Müntefering, puntualizó que se impuso la "ley del más fuerte y no el derecho", lo cual provoca temor en Alemania, sobre todo entre los jóvenes. Los máximos dirigentes verdes recalcaron, en este contexto, que la Carta de la ONU no ofrece base alguna para inducir por la fuerza un cambio de gobierno en Bagdad como el que pretende Washington.

Oposición conciladora

La líder del principal partido de oposición, la Unión Cristianodemócrata, Angela Merkel, quien durante todo el desarrollo de la crisis apoyó la posición del presidente estadounidense, George Bush, se mostró más conciliadora que en ocasiones anteriores, manifestando comprensión con los temores de la ciudadanía. No obstante, subrayó que Alemania y Europa están ligados a Estados Unidos por valores comunes, razón por la cual "estamos de su parte".

Pese a mantenerse las divergencias de fondo entre la dirigente conservadora y el gobierno, en este debate parlamentario hubo un tono diferente. Los partidos desistieron de las recriminaciones mutuas por el manejo de la crisis y coincidieron en la esperanza de que los combates terminen lo más rápidamente posible y las partes involucradas eviten cobrar víctimas en la población civil.