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¿Inspecciones o ultimátum?

7 de marzo de 2003

Berlín interpreta los avances constatados en el nuevo informe de Blix como confirmación de su voluntad de prolongar las inspecciones en Irak, mientras Londres aprieta el acelerador con un nuevo proyecto de resolución.

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Colin Powell y Hans Blix:¿visiones incompatibles?

La gran novedad de la jornada no fue precisamente el informe que presentó el jefe de los inspectores de armas de la ONU, Hans Blix, cuyo contenido había adelantado ya en lo medular hace dos días públicamente. La nueva ficha en el tablero del Consejo de Seguridad la puso este viernes Gran Bretaña, en forma de un nuevo proyecto de resolución. Éste plantea un ultimátum para el 17 de marzo, fecha en que Irak debería haber hecho efectivo el desarme pleno. Tanto el ministro de Relaciones Exteriores británico, Jack Straw, como el estadounidense, Colin Powell, indicaron que la propuesta será sometida a votación "muy pronto".

El dictamen de los inspectores

Hans Blix, por su parte, confirmó que Bagdad ha mejorado su cooperación con el equipo de expertos internacionales que intentan verificar y hacer efectivo el desarme iraquí. Igualmente quedó en claro que el régimen de Saddam Hussein aún debe hacer más de su parte para satisfacer plenamente los dictados de la resolución 1441 del Consejo de Seguridad. Pero en términos generales, considerando los diversos matices, el reporte del diplomático sueco no equivale a una condena final. Lo mismo puede decirse de las palabras del director de la Agencia Internacional de Energía Atómica, Mohammed el Baradei, quien no corroboró las denuncias estadounidenses acerca de la reanudación del programa atómico de Bagdad.

A grosso modo, la exposiciones de los inspectores pueden compararse con el clásico vaso que contiene agua hasta la mitad: los "halcones" de esta historia, como Estados Unidos y Gran Bretaña, lo ven medio vacío, haciendo hincapié en que Bagdad no ha cumplido en la forma en que se le exigía: completa, incondicional y activa. Los contrarios a una guerra, como Francia, Alemania y Rusia, ven el cambio el vaso medio lleno, poniendo de relieve los avances ya logrados y reafirmando su convicción de que las inspecciones cumplirán su cometido.

Los plazos de Blix

En medio de la profusión de argumentos esgrimidos a favor de una u otra postura, la sensatez aconsejaría poner atención al juicio de quien mejor sabe de lo que habla, tratándose del desarme iraquí: Hans Blix no considera, a todas luces, que se hayan agotado las perspectivas de su misión. En este contexto indicó que, aunque Irak coopere activamente, las inspecciones requerirían "algún tiempo" más. El lapso en que piensa no es de "años ni de días, sino de meses", según puntualizó.

Eso es precisamente lo que Alemania quería escuchar. El ministro de Relaciones Exteriores germano, Joschka Fischer, reiteró en la sesión del Consejo de Seguridad su pleno respaldo a los inspectores, subrayando que los progresos registrados los días pasados demuestran que existen "alternativas eficientes a una guerra. Al igual que su homólogo francés, Dominique de Villepin, el jefe de la diplomacia alemana volvió a rechazar la idea de una nueva resolución sobre el caso iraquí y la propuesta británica, por considerarla "un ultimátum que conduce directamente a una operación bélica". Por su parte, De Vellepin indicó que si se piensa en fijar nuevos plazos, éstos deben ser realistas, remitiéndose a los "meses" mencionados por Blix. Pero esto no resulta en absoluto compatible con los planes Estados Unidos y sus aliados británicos.