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Blix refuta a Washington

6 de marzo de 2003

El jefe de los inspectores de armas de la ONU se muestra perceptiblemente más satisfecho con la cooperación de Irak que hace un par de semanas y rechaza la visión de que ha llegado el momento de una intervención militar.

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Las inspecciones de armas están dando frutos, según el experto sueco.Imagen: AP

El peso que carga sobre sus hombros Hans Blix exige músculos políticos muy bien entrenados. El jefe de los inspectores de armas de la ONU, por lo visto, los tiene. Consciente de que cada matiz de sus declaraciones puede incidir directamente en el desencadenamiento de la guerra contra Irak, el diplomático sueco mide sus palabras en una balanza de alta precisión. Tanto más significancia tiene por lo tanto el útlimo diagnóstico que acaba de hacer en Nueva York ante la prensa, adelantando el tenor del informe que presentará este viernes ante el Consejo de Seguridad de la ONU.

Diagnóstico esperanzador

En lo medular, el diagnóstico de Blix es que Bagdad, cuando menos en el último tiempo, está cooperando "activamente" con los inspectores, como lo demanda la resolución 1441 de las Naciones Unidas. Ciertamente, el experto no peca de ingenuidad y comprende que el cambio de actitud del régimen de Saddam Hussein obedece a la enorme presión militar a que está sometido. Por lo tanto, no se atreve a confiar en que la cooperación necesariamente se mantenga en este nivel. Pero, de momento, la constatación de que Irak se acerca a lo que de él se espera, resulta contundente.

Contradiciendo abiertamente las afirmaciones de Washington, reiteradas ayer por el secretario de estado Colin Powell, en cuanto a que Bagdad ha desperdiciado su última oportunidad y continúa burlando a la comunidad internacional, Blix calificó el desmantelamiento de los cohetes Al Samud como un paso "real" de desarme. Además enumeró una serie de hechos positivos, como la entrega de listas de testigos de la destrucción de armas químicas, la realización de entrevistas en privado a científicos iraquíes y los primeros hallazgos de sustancias tóxicas de uso militar. Y, de paso, opinó que Irak no representa actualmente una amenaza militar de mayores proporciones.

Argumentos para la paz

El contraste con Washington fue especialmente patente anoche, cuando Powell afirmó en el Centro Internacional de Estudios Estratégicos que las inspecciones no han dado resultado. Las palabras de Blix lo desmienten. De hecho, el experto estima que es demasiado pronto para poner fin a la misión, que confía poder llevar a buen término si las partes involucradas brindan el tiempo necesario y se establece un cronograma concreto para despejar las incógnitas aún pendientes. No es otra cosa lo que han venido pidiendo los países opuestos a emprender operaciones militares contra Bagdad, de manera que tanto Francia como Rusia y Alemania han de sentirse plenamente respaldados en su postura.

La posición de la Casa Blanca, en cambio, parece más precaria, a la luz de los últimos acontecimientos. Habrá que ver si prosperan los esfuerzos que -según círculos diplomáticos- estaría haciendo Londres por posibilitar un acuerdo, sobre la base de dar un último plazo a Saddam Hussein. Mucho dependerá de que tal propuesta no sea interpretada como una mera estrategia para conseguir legitimar una guerra ya decidida por Washington. Si la última palabra ha de tomarla efectivamente el Consejo de Seguridad, la opción del desarme pacífico tiene posibilidades de seguir abierta.