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Fin incruento de toma de avión por pasajeros iraníes

Claudia Herrera Pahl11 de marzo de 2005

La policía puso fin a la toma de un avión de Lufthansa en el aeropuerto de Bruselas, que 59 personas de origen iraní se negaban a abandonar, pidiendo la destitución del régimen de Teherán. El desenlace fue incruento.

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Escenario inusual para una manifestación política.Imagen: AP

El Boeing 737 de la compañía alemana Lufthansa había aterrizado el jueves a las 14:00 hora local en el aeropuerto internacional de Bélgica, proveniente de la ciudad de Francfort. No hubo contratiempos en el vuelo LH 4578 que transportaba a 103 pasajeros y a la tripulación; hasta su aterrizaje. Mientras que 44 pasajeros se apresuraron a abandonar el avión, como es usual, 59 permanecieron sentados.

Las 59 personas de origen iraní con pasaportes europeos de Francia, Alemania e Italia, entre otras nacionalidades, se negaron a abandonar el avión.

Que la UE destituya al régimen iraní

Tras las especulaciones iniciales se conoció su demanda política: exigían de la Unión Europea que no negociara con Teherán y que se destituya al régimen de los mullahs en Irán. Estaban dispuestos a irse a huelga de hambre y a no abandonar el avión hasta que algún representante del Parlamento Europea escuchara sus demandas.

Además querían entregar una carta a la OTAN, que tiene su sede en Bruselas, en la que protestaban contra el régimen de terror y tortura que impera en Irán, y también contra la política de apoyo de la Unión Europea a los dictadores musulmanes iraníes.

Algunos comentaristas de la televisión alemana calificaron al grupo de "trastornado". Así sería si se creyera que este pequeño grupo, que se califica a si mismo de monarquista, podría movilizar a la Unión Europea a derrocar a un régimen con el que mantiene excelentes relaciones diplomáticas, exceptuando el capítulo de las recientes tensiones en torno a los proyectos nucleares iraníes.

Nueva era de manifestaciones

Los 59 pasajeros demostraron con esta manifestación inusual, la desesperación de millones de personas que día a día son víctimas de un régimen que se caracteriza por la violación de los derechos humanos.

El adjetivo de "trastornados" resulta completamente infundado, si se toma en cuenta la enorme difusión que han logrado darle a sus demandas políticas. Este no fue un secuestro, los pasajeros no estaban armados y subrayaron incansablemente que sus intenciones eran pacíficas.

Se trata de una manifestación; hicieron del avión su escenario y con gran éxito.