1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Condenados a entenderse

30 de julio de 2002

Los gobiernos de Francia y Alemania se proponen superar el conflicto en torno a las millonarias subvenciones agrícolas antes de la cumbre en Copenhague, para dar paso así a la ampliación de la UE hacia el este de Europa.

https://p.dw.com/p/2WIx
El canciller alemán Gerhard Schröder (izquierda) y el presidente francés Jacques Chirac en la cumbre de Schwerin.Imagen: AP

La cumbre franco germana realizada el martes en la ciudad este alemana de Schwerin, en la costa del mar báltico, estableció un calendario de trabajo para dirimir los problemas que enfrentan a las dos potencias, como son la reforma a la Política Agraria Común (PAC), y la ampliación de la UE hacia el este de Europa.

Ambas partes acordaron la creación de cuatro grupos de trabajo, que se reunirán mensualmente para limar las posiciones divergentes entre ambas naciones. Uno de éstos se ocupará de dirimir el conflicto en torno a la reforma y financiamiento de la política agraria común. Los otros grupos de trabajo se encargarán de cuestiones igualmente importantes como el inicio en el 2004 de la ‘Convención constituyente’ sobre el futuro de Europa, las políticas comunes de Seguridad y de Defensa, así como los preparativos del 40 aniversario del Tratado del Elíseo suscrito por el entonces presidente francés, Charles de Gaulle y el canciller alemán Konrad Adenauer. El Tratado selló en 1963 el pacto de amistad franco germana, que dió paso a una nueva era de cooperación bilateral.

El encuentro entre el canciller alemán, Gerhard Schröder, y el presidente francés, Jacques Chirac, fue el último antes de las elecciones legislativas en Alemania el próximo mes de septiembre. En la 67 cumbre bilateral, por primera vez tomó parte el nuevo jefe del gobierno galo, Jean Pierre Raffarin, así como los miembros de su gabinete, entre ellos, los titulares del Exterior y de Defensa.

Posturas divergentes

Ambos mandatarios se comprometieron a respetar el acuerdo de la cumbre de la UE en Sevilla, celebrada a finales de junio, que se propuso encontrar una línea de consenso en torno a la reforma de la política agraria común, que propone una reducción de un 20% de las ayudas directas a la agricultura en un plazo de siete años.

Francia y Alemania mantienen posturas divergentes. Mientras que Berlín apoya el plan de la Comisión de reducir las ayudas a partir del 2004, París rechaza toda reforma antes del 2006, cuando expiran los lineamientos actualmente en vigor. El gobierno alemán, el mayor contribuyente neto de la UE, presiona por acelerar las reformas porque teme que el ingreso de 10 nuevos socios tras la ampliación de la UE dispare el presupuesto comunitario.

Refuerzan la cooperación militar y de defensa

Los gobiernos de Berlín y París suscribieron un tratado que prevé la operación conjunta de una red de satélites militares de reconocimiento, que será utilizada en el espionaje. Se destinarán 800.000 euros a la fase inicial del proyecto, que integrará el sistema francés Helios y el alemán SAR-Lupe. Esta homogeneización es necesaria, ya que hasta ahora los dos programas nacionales de observación funcionan actualmente por separado y bajo distintos sistemas. El documento destaca también la construcción del avión de transporte A400M, en la que participan varios socios de la UE, entre ellos Gran Bretaña y España.

Aires de cambio

En la reunión de Schwerin dominaron los aires de transición. Ya de antemano no se esperaban acuerdos importantes de índole bilateral debido a las próximas elecciones alemanas. Según la asesora de la cancillería alemana, Brigitte Sauzay, el candidato conservador, Edmund Stoiber, es mas cercano ideológicamente al gobierno de Chirac. "Uno nota como los franceses ven en Stoiber a una especie de sucesor de Helmut Kohl," el canciller conservador que gobernó Alemania durante 16 años, hasta 1998. Según la asesora del gobierno alemán, en una entrevista publicada en el diario berlinés ‘Tagesspiegel,’ "con Stoiber como socio, los franceses creen que resurgirá la Alemania de la década de los 80. Me parece que eso es un error de cálculo," concluye.