“Puerta Global”, la ofensiva de la UE para recuperar terreno

La Comisión Europea quiere movilizar hasta 300.000 millones de euros en los próximos cinco años para invertir el dinero en proyectos de infraestructura especialmente en África, Asia y América Latina. La iniciativa "Global Gateway", que encabeza la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, adquiere así un mayor volumen.

Esta alternativa a la "Nueva Ruta de la Seda" de China propone basarse en valores democráticos. "Estamos demostrando que nos acercamos al exterior para apoyar la inversión en cualquier parte del mundo", dijo von der Leyen en la presentación de "Gateway" en Bruselas. "Los proyectos deben destacarse por la transparencia y la buena gobernanza". La Comisión Europea quiere así recuperar el terreno perdido frente a China, aunque no lo diga explícitamente.

"Puerta Global apunta a invertir en estabilidad y cooperación, demostrando que los valores democráticos aportan seguridad y equidad, sostenibilidad, así como beneficios duraderos para todas las partes", dice el documento, que la Comisión de la UE aprobó este 1° de diciembre.

Movilización de capital privado

La suma de 300.000 millones de euros de inversión se conseguirá generando 135.000 millones hasta 2027 con garantías del "Fondo Europeo para el Desarrollo Sostenible". En este caso, la Comisión Europea quiere atraer mucho capital privado para proyectos conjuntos con "instrumentos de financiación novedosos". El Banco Europeo de Desarrollo de Luxemburgo va a desempeñar un papel destacado. Otros 150.000 millones de euros procederán de diversos programas existentes, de las instituciones financieras de la UE y de los programas de inversión de los Estados miembros. No se trata de capital nuevo, sino de un nuevo método de cálculo. Otros 18.000 millones de euros en garantías se tomarán del presupuesto de ayuda al desarrollo de la UE.

¿Producción de hidrógeno en África?

Como ejemplo concreto, la Comisión Europea menciona las inversiones en la producción de hidrógeno en África. Los países receptores tendrían que comprometerse a exportar el hidrógeno libremente y sin barreras comerciales. Por supuesto, Bruselas espera que las empresas europeas participen en la construcción de las plantas y en la distribución del hidrógeno.

Otro proyecto podría ser el tendido de cables submarinos para Internet rápido en el Mar Negro. En Jordania, la UE podría financiar un nuevo puente hacia la Cisjordania ocupada por Israel.

La UE también tiene previsto dar a las empresas europeas ayudas financieras en forma de subvenciones a la exportación, para que puedan competir en los mercados regulados contra los competidores nacionales o las empresas subvencionadas por el Estado, como lo hace China.

Al mismo tiempo, la UE quiere establecer normas mundiales en determinados sectores industriales a través de su compromiso global, como lo ha conseguido China con el estándar 5G en la comunicación de Internet móvil. Las inversiones del "Global Gateway" se centrarán en la digitalización, la protección del clima y las energías alternativas. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, dijo recientemente que no se trataba de construir carreteras que acabaran conduciendo a un puerto construido por China.

China lleva la delantera

China inició su proyecto de la Ruta de la Seda en 2013 y ha movilizado varios cientos de miles de millones de dólares con diversos fondos y bancos de desarrollo. En la actualidad, unos 70 países participan en la Ruta de la Seda, entre ellos numerosos Estados miembros de la UE y de los Balcanes Occidentales. En Grecia e Italia, los inversores chinos mantienen instalaciones portuarias. Algunas líneas de tren chinas conectan a varios Estados europeos con estos puertos o directamente con los exportadores de China.

Los críticos acusan a la economía planificada china de atraer a los países de la Ruta de la Seda con préstamos inicialmente baratos que se convierten en una trampa de deuda pública cada vez mayor. Un ejemplo de esta dependencia es el estado balcánico de Montenegro, que pidió ayuda a la UE porque ya no podía cubrir la deuda de un préstamo chino para un proyecto de autopista. La autopista termina inconclusa en las montañas.

Estados Unidos y Japón ya lanzaron hace años sus propios programas de inversión para contrarrestar la Ruta de la Seda de China. La asociación empresarial europea Business Europe pidió a la UE coordinar mejor sus programas nacionales de inversión en el marco de la nueva iniciativa.

El experto en finanzas del grupo cristianodemócrata del Parlamento Europeo, Markus Ferber, es bastante crítico con el proyecto de la Comisión Europea. Afirmó que la UE se aferra a un exceso de regulación y a demasiadas exigencias en la asignación de fondos para proyectos. Aunque el volumen se ha incrementado, el engorroso sistema europeo no ha cambiado.

(jov/er)