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La Nueva Ruta de la Seda china: ¿oportunidad o amenaza?

Frank Sieren *PROVISORISCH*
Frank Sieren
21 de septiembre de 2019

Occidente todavía desconfía del proyecto de la Nueva Ruta de la Seda, pero muchos países se están beneficiando de las inversiones chinas, opina Frank Sieren de DW.

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China Seidenstraßen-Gipfel Millennial Road
Artistas bailan durante el "Millennial Road", una presentación para el "Belt and Road Forum for International Cooperation", en el Centro Nacional de Artes Escénicas en PekínImagen: picture-alliance/Photoshot/P. Xinglei

Hace seis años, el presidente chino, Xi Jinping, lanzó el proyecto "Belt and Road Initiative" (BRI), también conocido como la Nueva Ruta de la Seda china. Una de las principales preocupaciones fuera de China ha sido que los países que participan en el proyecto podrían endeudarse, volverse dependientes de Pekín y perder su soberanía. China incluso ha sido acusada de comportarse de manera neocolonialista en África.

No obstante, dos estudios occidentales recientes presentan una visión más diferenciada. Según uno realizado por Investigate Europe, no hay evidencia de daño económico a los países participantes o de dependencia extrema debido a la Nueva Ruta de la Seda. Por el contrario, descubrió que las inversiones hasta ahora habían tenido, en general, un efecto positivo en las economías locales y los mercados laborales.

China ha implementado más de 3.000 proyectos en todo el mundo; desde un oleoducto en Myanmar hasta una línea de ferrocarril en Kenia. Solo ha habido una gran controversia sobre dos proyectos en Sri Lanka, con China acusada de atraer al primero a caer en una trampa. Sin embargo, si se estudia más de fondo el caso, China juega un pequeño papel en Sri Lanka y solo es responsable del 10% de su deuda externa.

Infografik China's new Silk Road ES

Occidente todavía da mucho dinero

Un estudio de la Fundación Bertelsmann encontró, quizás sorprendentemente, que entre 2013 y 2017 Occidente había invertido considerablemente más dinero en los países a lo largo de la Ruta de la Seda que la misma China. A pesar de esto, hay una tendencia a pensar que China está tomando más ventaja de la que debería. Según el estudio, China figuró tan solo en cinco países como socio más importante que los países occidentales.

Frank Sieren *PROVISORISCH*
Frank SierenImagen: picture-alliance/dpa/M. Tirl

Por un lado, Pekín está desarrollando capital político a partir de sus inversiones, mientras que los países occidentales, tienen el problema de no poder coordinar sus intereses entre sí. Además, Pekín, más que los Gobiernos occidentales en el pasado, está interesada en garantizar que los políticos de los países socios utilicen la inversión china en sus historias personales de éxito.

También hay otra acusación que no es del todo correcta: China no está tratando de dividir a la Unión Europea (UE). Son los Gobiernos de ciertos Estados miembros de la UE los que están utilizando las inversiones en la Nueva Ruta de la Seda para liberarse de la microgestión de Bruselas. Por ejemplo, el Gobierno húngaro, aunque recibe grandes sumas de dinero de la UE, a menudo se complace en vetar cualquier intento de la UE de emitir una declaración conjunta criticando a China, porque espera recibir más dinero de Pekín en el futuro.

Consolidando un estatus global

Los dos estudios mencionados anteriormente llegan a la conclusión de que China está utilizando sus inversiones para consolidar su estatus como potencia global y para difundir el yuan en todo el mundo. Como tal, Pekín no es diferente de otros Gobiernos, pero la diferencia radica en que tal vez  Occidente ha tendido a exportar un sistema particular de valores, algo que Pekín no parece darle mucho interés.

El mayor problema con la Nueva Ruta de la Seda es la falta de transparencia. Las condiciones del préstamo a menudo no son claras y varían de un país a otro. China no cree que los acuerdos bilaterales que haga con otros países deban interesar a Occidente. Aún así, el Gobierno chino debería comprender la preocupación y escepticismo por parte de Occidente sobre sus inversiones si no está dispuesto a ser transparente.

El estudio de la Fundación Bertelsmann indica que las inversiones de China son con fines de lucro, mientras que las inversiones de Occidente son parte de proyectos de desarrollo.

China Zug der China Railway Express fährt nach Iran
Desde China, las conexiones ferroviarias continuas conducen a Europa y, como en esta imagen, a IránImagen: picture-alliance/dpa/Imaginechina/T. Zhe

A través de sus ojos

Lo que subestimamos en Occidente es que, si bien estamos preocupados por perder influencia debido a la Nueva Ruta de la Seda, la perspectiva desde los países receptores es diferente. Para ellos, el proyecto representa la esperanza y la oportunidad de conectarse con los Estados más ricos. China parece comprender mejor la perspectiva de estos países que Occidente –y hace uso de esta ventaja para sus propios fines–. Es por eso que ha creado una colección de acuerdos bilaterales de comercio y desarrollo.

Los estudios recomiendan que Occidente desarrolle sus propias instituciones, tecnologías, modelos comerciales y conjuntos de valores para proponer alternativas a las ofertas de China. También dicen que la UE debería intentar establecer estándares en terceros países a los que las inversiones chinas también deben cumplir. Esto es más fácil decirlo que hacerlo. Actualmente, la UE no puede encontrar una política común hacia China y no parece probable que suceda pronto.

La falta de unidad en Occidente tiene menos que ver con la creciente influencia de China que el hecho de que no podemos encontrar puntos comunes de encuentro.

Frank Sieren ha vivido en Pekín por más de 20 años.

(few/eal)

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En pocas palabras: la historia de la Ruta de la Seda