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"No debería permitirse que Zelaya instrumentalice el asilo que le brinda Brasil"

25 de septiembre de 2009

Muchas críticas levanta el amparo que la embajada de Brasil en Tegucigalpa está brindando al depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya. Eduardo Azeredo, senador socialdemócrata brasileño, nos habla sobre este asunto.

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Embajada de Brasil en Tegucigalpa.Imagen: AP
Eduardo Brandao Azeredo
El senador brasileño Eduardo Azeredo.Imagen: picture-alliance / ZB

Brasil no ha jugado papel alguno en el regreso de Manuel Zelaya a Honduras, declaró desde Nueva York el ministro de Exteriores brasileño, Celso Amorim. El país sudamericano aceptó, simplemente, la petición de albergue en su embajada emitida por el depuesto presidente, puntualizó el político.

La protección que el edificio diplomático brinda a Zelaya ha sido extendida no sólo a la familia del ex mandatario, sino también a una centena de sus fieles. Y el Gobierno de facto instaurado en Honduras ha puesto el grito en el cielo. Su viceministra de Exteriores, Martha Lorena Alvarado, critica que Brasil haya permitido "vergonzosamente" que su embajada se convierta en un "cuartel general" desde el que Zelaya llama a la desobediencia pública.

En una entrevista concedida a DW-WORLD, Eduardo Azeredo, político socialdemócrata y presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores y Defensa Nacional del Senado brasileño, comenta la postura de su país ante esta crisis.

DW-WORLD: Senador, en su opinión, ¿fue correcta la decisión de concederle asilo a Manuel Zelaya en la embajada brasileña?

Eduardo Azeredo: Brasil actuó correctamente al condenar el golpe de Estado perpetrado en Honduras en el mes de junio y, en consecuencia, desde el punto de vista de la solidaridad y la tradición del país, no disponía de argumentos para denegar esa petición de asilo.

Sin embargo, la actitud posterior, es decir, el permitir que se cobijasen en la embajada no sólo el presidente Zelaya y su familia, sino también unos 100 de sus seguidores, y que estos empezaran a emitir desde el interior del edificio consignas políticas, a actuar políticamente, eso está fuera de todo lo que pueda considerarse normal.

Resumiendo, la oposición brasileña defiende la integridad de la embajada, apoya la concesión del asilo, pero difiere en que se consienta que éste sea utilizado para atacar políticamente al actual Gobierno de facto.

¿Puede la embajada brasileña acabar convirtiéndose en un instrumento al servicio de los intereses de Zelaya?

Sí, y el propio Zelaya ya se ha manifestado en ese sentido en diversas entrevistas. Eso no es bueno. El Gobierno brasileño debe ejercer presión sobre el presidente y dejarle claro que la concesión del asilo está condicionada a que no se la instrumentalice con fines políticos.

¿Fue Hugo Chávez quien le aconsejó a Zelaya que pidiese asilo en la embajada de Brasil?

No se sabe con certeza cómo llegó Zelaya a contactar con las autoridades brasileñas. En este punto existe mucha confusión y las versiones son contradictorias. Pero es un hecho que la figura de Chávez supone un elemento perturbador, y no uno pacificador.

¿Tiene noticias de que la integridad de la embajada brasileña en Tegucigalpa pueda estar en peligro?

Según la información que manejamos, realmente existe un riesgo. El ejército ha cercado la embajada. Las instalaciones no están preparadas para acoger al número de personas allí refugiadas y, ciertamente, se han producido cortes de luz, agua y teléfono.

Entrevista: Carlos Albuquerque/ LB

Editor: Pablo Kummetz