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Werner Herzog: por partida doble, casi triple, en la Bienal de Venecia

5 de septiembre de 2009

Es la primera vez que el director alemán Werner Herzog participa con dos películas en la Biennale. Una de ellas, "My son, my son, what have ye done?", está considerada una de las grandes sorpresas del festival.

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El director de cine alemán, Werner Herzog.Imagen: DPA

Werner Herzog toma parte en el concurso de la Bienal por partida doble, casi triple: algo inaudito. Durante muchos años, dijo el director germano, Venecia no aceptó sus filmes a competición. Esta vez, My son, my son, what have ye done?, es una de las sorpresas mejor guardadas del certamen.

Cuando Marco Müller, el director del festival, le propuso a Herzog otorgarle un puesto en la carrera por el León de Oro a su obra Bad Lieutenant: Port of Call New Orleans, éste le contestó que tenía otra película a la que acababa de colgarle el fin. Y los compatriotas acordaron que se estrenase en Italia, quedando hasta la fecha bajo estricto secreto de sumario.

Si a estos dos títulos se les suma el cortometraje La Bohème, que Herzog presenta en la sección Horizontes, la presencia del alemán -por lo general ausente- parece abrumadora.

Un film de terror sin sangre

Por si el nombre de su director no bastase para otorgarle todo el glamour que necesita, My son, my son, what have ye done? ha sido además producida por David Lynch. Su protagonista es Michael Shannon, el actor revelación de Revolutionary Road, nominado al Óscar por su interpretación de un joven con problemas mentales. Con semejante combinación, el espectador puede imaginarse lo que se va a encontrar ante la gran pantalla: poca cosa previsible.

Una mujer yace sobre el suelo. Un policía acaba de llegar a la escena del crimen. A las órdenes de Herzog, Shannon se mete de nuevo en la piel de un desequilibrado, ahora, en la de uno que ha matado a su madre. "Quise hacer una película de terror sin sangre, motosierras y gore, pero que desprendiese un miedo extraño y anónimo, de esos que se apoderan de ti sigilosamente", resume el director. "Una película de viejos mitos y maldad moderna", describe el festival.

Una parte breve de este film agonizante transcurre en Perú, donde Herzog ya rodó Aguirre, la cólera de Dios y Fitzcarraldo. "Perú es un lugar muy querido en mi corazón. La selva forma parte de mi alma", dijo el director en una rueda de prensa mucho menos concurrida que la de ayer, cuando acudió escoltado por Nicolas Cage y Eva Mendes.

Las locuras en Venecia

"Nadie cuenta historias como Werner", asegura Shannon. Que le encasillen en el papel del esquizofrénico descerebrado no le preocupa en absoluto. La oportunidad de rodar con el director alemán supera cualquier miramiento. Herzog tiene buen ojo para los talentos. Ya lo hizo con Klaus Kinski y a Shannon lo descubrió en un video de YouTube, antes de que éste apareciera, para sorpresa de Hollywood, en la película de Sam Mendes.

Pero no sólo Herzog trae desorden mental a Venecia. Mucha confusión psicológica está presente también en otro filme que se ha mostrado hoy, Persécution, del francés Patrice Chereau. En él, Romain Duris da vida a un hombre aparentemente normal que se gana la vida arreglando casas y que está enamorado de una mujer (Charlotte Gainsbourg) a la que teme perder. Son personajes que "hablan para no decir la verdad", según cuenta el director galo.

Y el punto y final de la actual jornada a concurso es también enfermizo. En el thriller chino Accident, de Yi Ngoy, se habla del azar y la locura por tratar de controlarlo.

LB/ dpa/ Biennale

Editora: Mirra Banchón