1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Vida encapsulada en el tiempo

26 de enero de 2013

En el Centro Moses Mendelssohn de Postdam creen que hasta el más pequeño documento es importante. La institución envía a jóvenes científicos por todo el mundo a la búsqueda de la huella judeo-alemana.

https://p.dw.com/p/17S9M
Imagen: DW

Una hermosa joven y un atractivo hombre sonríen a la cámara envueltos en sus cálidos abrigos. Es el 7 de noviembre de 1938, dos días antes de la Noche de los Cristales Rotos, en la que los nazis destrozaron sistemáticamente negocios, viviendas y cementerios judíos. Ese día concluye para la mujer de la fotografía una parte de su vida, pues hasta ahora había dedicado sus energías a la Asociación Judía de la zona del Rin-Ruhr, clausurada a partir de entonces por los nazis.

“La señorita Adelheid Struck, reza el informe que recibió después, dirigía la asociación en nueve ciudades, incluyendo el registro de socios. Laboraba con gran empeño y era una respetada trabajadora”. Las fotografías que ella misma pega en su álbum dan testimonio de ello. Adelheid Struck se movió en círculos artísticos y abundan las fotos de estrenos y celebraciones. Struck también documenta el “Día de la clausura de la Asociación”, tal y como escribe al pie de una foto.

Deutsch-Jüdisches Kulturerbe MMZ Potsdam
La madre de Naveh, Adelheid Struck, de joven.Imagen: Privatbesitz Michael Naveh

Cartas desde Theresienstadt

El álbum reposa ahora sobre la gran mesa de su hijo Michael Naveh en Tel Aviv. Es parte de la herencia de sus padres, que huyeron de los nazis a Palestina, donde más tarde se conocieron. Naveh tiene cartas, certificados, fotografías y libros. Incluso posee un dibujo que representa a su madre con sus dulces rasgos y una melancólica mirada (¿sería el trabajo de un admirador?). Sobre la mesa también se extienden programas de actividades de la Asociación y listas de repartos de representaciones teatrales, así como los cuentos de los hermanos Grimm en alemán y en inglés. Los certificados de inmigración del padre de Naveh, firmados por el “Comisionado Palestino”, que entonces estaba bajo mandato británico. Y una carta que sus abuelos enviaron a su padre desde el campo de concentración de Theresienstadt en 1942, sellada por la Cruz Roja y por el comité censor palestino. Pero sus abuelos “desaparecieron” en Theresiendstadt, aclara Naveh.

Deutsch-Jüdisches Kulturerbe MMZ Potsdam
Carta escrita desde el campo de concentración de Theresienstadt por los abuelos de Naveh para su padre.Imagen: DW

“Me estremece ver los documentos originales”, dice Felicitas Grützmann, del Centro Moses Mendelssohn de Potsdam (MMZ por sus siglas en alemán), que ojea los papeles extendidos sobre la mesa junto a Michael Naveh. Trabaja en un proyecto de investigación cuyo objetivo es preservar la herencia judeo-alemana. Naveh supo del proyecto a través de un artículo de la revista “MB-Yakinton”. Se puso en contacto con Grützmann, porque quería dar una utilidad al legado de sus padres. “Esto no podía acabar en cualquier archivo lleno de telarañas”. Naveh es veterinario y trabaja en la industria farmacéutica. Confía en que sus documentos formen parte del proyecto de investigación del MMZ.

Tesoros culturales en una maleta

Luchando contra sus emociones, Felicitas Grützmann se enfrenta a los documentos con mirada científica. "El álbum de fotos es lo más interesante para la investigación, es un tesoro. También es importante el hecho de que la madre haya trasladado el álbum y el programa de actividades de la Asociación hasta Palestina, probablemente en una maleta que no podía transportar más de 10 kilos. No quisiera minimizar el interés de la conmovedora carta enviada desde Theresienstadt, pero creo que varias similares hay en otros legados”.

Deutsch-Jüdisches Kulturerbe MMZ Potsdam
Michael Naveh y Felicitas Grützmann.Imagen: DW

Michael Naveh ha reflexionado sobre el significado de la herencia de sus padres: “Yo llamo “cápsula del tiempo” a lo que mis padres han hecho en este país: han trasladado hasta Palestina la cultura de Berlín y Colonia, que cuando ellos abandonaron Alemania estaba en su apogeo. Aquí la han preservado, como si el paso del tiempo la hubiera congelado”.

Soñar en alemán

Su padre trabajaba como decorador en Berlín: “Él continuó viviendo como un “jecke”, es decir, un judío de Alemania”, relata Naveh. "Caminatas y canciones, tardes culturales, conciertos, teatros de ópera y música clásica en casa. Y mucha lectura. Creo que eso lo he heredado de él. De niño leía dos o tres libros simultáneamente. Por deseo de la ciudad de Berlín, volvió después en varias ocasiones a la capital alemana. Llevó la vida de un judío alemán en el exilio. ¡Incluso soñaba en alemán!”

Biografías como esta son las que el Centro Moses Mendelssohn desea investigar: “Tratamos de rastrear la pista de los emigrantes judíos en el exilio y documentar concretamente qué ha sido de la cultura judeo-alemana en la tierra de acogida”, explica Felicitas Grützmann. "Las cuestiones de identidad son, en ese sentido, muy importantes: ¿cómo se definían estas personas en los países donde acabaron viviendo? ¿Cómo se sentían?”

Deutsch-Jüdisches Kulturerbe MMZ Potsdam
Un tesoro para la investigación: el álbum de fotos de la madre de Naveh (años 30).Imagen: DW

Para responder a estas preguntas, el Centro desea crear una red de instituciones a nivel mundial con el fin de trabajar sobre temas comunes: archivos, museos, centros de investigación. “Hasta ahora la idea ha tenido muy buena acogida”, dice la joven científica. “Muchos nos preguntan cómo un proyecto así no se había emprendido antes. Lo cierto es que el tiempo se nos agota. Muchos documentos se pudren en trasteros y los testigos se van muriendo. Debemos seguir trabajando.”

Hasta el más pequeño intercambio epistolar es importante

Uno de los objetivos más importantes del proyecto es implementar un banco de datos que sea accesible a nivel internacional. Ello mejoraría notablemente las condiciones para la investigación. También tendría sentido para personas como Michael Naveh, que almacenan documentos familiares y se preguntan qué hacer con ellos.

“Si alguien tiene correspondencia y se pregunta si puede tirarla, aquí estamos nosotros”, explica Felicitas Grützmann. "Incluso el más mínimo intercambio de misivas puede ser importante para mostrar a la próxima generación un retrato de cómo era la situación entonces”. El proyecto no se limita tan solo al ámbito académico, sino que debe tener su repercusión entre la gente de la calle. Muchos aún no son conscientes de hasta qué punto la cultura alemana y la judía estaban entrelazadas hasta el momento en que llegaron los nazis.

Deutsch-Jüdisches Kulturerbe MMZ Potsdam
Sobre la mesa se encuentran cuentos de los hermanos Grimm en alemán y en inglés.Imagen: DW

Tras varias horas de examen de los documentos y conversación sobre la biografía de sus padres, Felicitas Grützmann y Michael Naveh dan por concluido el primer reconocimiento del legado. “Agradezco que Grützmann lo considere un tesoro, un valioso bien cultural”, dice Michael Naveh. La investigadora le ha dado además algunas sugerencias sobre dónde enviar sus documentos para que sirvan de la mejor manera posible a la investigación y a la comunidad en general. “El pueblo alemán perdió mucho durante la Segunda Guerra Mundial”, dice convencido Naveh. “No solo en el aspecto material, sino también en el cultural. Los judíos hicieron mucho por la cultura alemana. Cuando veo a los cabezas rapadas manifestándose en Berlín contra los turcos, pienso que mañana pueden ser los judíos. Hay que mirar cara a cara el pasado para poder seguir adelante y que nunca vuelva a suceder algo parecido”, concluye Naveh.

Autora: Aya Bach/MS
Editora: Claudia Herrera