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PolíticaUruguay

Uruguay: "Un buen experimento de la democracia"

26 de noviembre de 2024

En una región a menudo caracterizada por la inestabilidad política, la corrupción y las tensiones sociales, Uruguay destaca como ejemplo de democracia y estabilidad. Pero, ¿qué hace tan especial a este pequeño país?

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Última concentración antes de la segunda vuelta presidencial en Montevideo.
Uruguay cuenta con una amplia clase media y un sólido sistema social, lo que contribuye a la estabilidad social, según expertos.Imagen: Santiago Mazzarovich/AP/dpa/picture alliance

"Cuando ganas, te quedas; cuando pierdes, te vas". Así de fácil puede ser una de las reglas más básicas en una democracia. Esta frase tan simple y lapidaria la dijo el presidente de Brasil Lula da Silva respondiendo a la amenaza de Nicolás Maduro de que si perdiera las elecciones habría un "baño de sangre”.

En Uruguay, sin embargo, parece completamente normal seguir la regla más simple y básica de una democracia. Quien pierde unas elecciones reconoce su derrota y felicita al ganador. Esto es lo que ocurrió el domingo en Montevideo.

En la misma noche de las presidenciales, el candidato del oficialismo, Álvaro Delgado, felicitó al presidente electo Yamandú Orsi, del Frente Amplio, y declaró que estaría disponible para proyectos conjuntos de interés nacional. El presidente, Luis Lacalle Pou (Partido Nacional), también felicitó inmediatamente a su sucesor y anunció un traspaso de poderes ordenado. ¿Puede haber una transición democrática del poder más suave que ésta?

"Uruguay es un gran, buen experimento de la democracia”, sostiene Ignacio Bartesaghi, director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica del Uruguay, en entrevista con DW. "Más allá de las diferencias entre los partidos, nadie cuestiona que el presidente felicite al ganador y nadie cuestiona los resultados”.

¿Un modelo de país democrático?

Uruguay obtiene las mejores notas en las clasificaciones internacionales de democracia, libertad de expresión y lucha contra la corrupción. Por ejemplo, en los informes de Freedom House, una evaluación anual país por país de los derechos políticos y las libertades civiles en el mundo, Uruguay ocupa desde hace años uno de los puestos delanteros, actualmente con 96 de 100 puntos.

Por supuesto, no solo importa tener derechos, sino también si esas garantías y libertades son apreciadas por los ciudadanos. Y ahí, Uruguay también se encuentra a la delantera. Según el último informe del Latinobarómetro en 2023, el país con mayor apoyo a la democracia en América Latina es Uruguay, con un 69%.

¿Cuál es el secreto del éxito de Uruguay?

El cambio de gobierno en Montevideo el 1 de marzo de 2025 se producirá probablemente de forma tan silenciosa como el paso de un coche eléctrico. Pero, ¿por qué? Según muchos analistas los logros de Uruguay se basan en instituciones fuertes y una cultura política de diálogo que a menudo falta en otros países latinoamericanos.

Yamandú Orsi, izquierda, de la coalición Frente Amplio, y su oponente, el candidato del Partido Nacional Álvaro Delgado.
Yamandú Orsi, izquierda, de la coalición Frente Amplio, y su oponente en las presidenciales, el candidato del Partido Nacional Álvaro Delgado. Imagen: Matilde Campodonico/Santiago Mazzarovich/picture alliance/AP

"En Uruguay tenemos una sociedad muy conservadora. Es una sociedad muy institucionalista, es una sociedad que respeta mucho el Estado de Derecho. Creemos en las elecciones, creemos en los resultados”, explica Ignacio Bartesaghi. La clara separación de los poderes ejecutivo, legislativo y judicial garantiza el Estado de Derecho. Este sistema contribuye significativamente a la estabilidad política y aparentemente a la confianza por parte de los ciudadanos.

"Uruguay puede mirar atrás a casi 100 años de tradición democrática, que sólo se vio interrumpida una vez por una dictadura militar”, afirma Christoph Wagner, director del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Maguncia, en entrevista con DW. E incluso este período de dictadura entre 1973 y 1985 fue rápidamente superado en el marco de un clima de consenso político típico de Uruguay, según Wagner.

La estabilidad socioeconómica como base

Uruguay tiene uno de los niveles de calidad de vida más altos de América Latina. Con una renta per cápita de unos 18.000 dólares anuales (2023) y una red de seguridad social bien desarrollada, el país es un ejemplo de estabilidad socioeconómica. La baja desigualdad de ingresos en comparación con otros países de la región reduce las tensiones sociales, mientras que la educación integral y un sólido sistema sanitario refuerzan la confianza en las instituciones estatales.

El fomento constante de las energías renovables - Uruguay cubre más del 90% de sus necesidades de electricidad con fuentes renovables - es otro factor que favorece la independencia económica y la sostenibilidad.

Desventajas y desafíos

A pesar de sus muchos éxitos, Uruguay no está exento de desafíos. El país se enfrenta al envejecimiento de la población, que supone una carga a largo plazo para el Estado de bienestar. La dependencia de las exportaciones -especialmente de productos agrícolas como la carne y la soja- también hace que la economía sea vulnerable a los choques externos.

Otro problema es la creciente tasa de delincuencia, sobre todo en zonas urbanas como Montevideo. El aumento de los delitos relacionados con las drogas y la violencia juvenil son motivo de preocupación. Y según algunos observadores, la fuerte orientación al consenso de la cultura política del país puede conducir a la incapacidad de reforma y al estancamiento.

"Definitivamente hay tendencias a la inercia y la lentitud en la sociedad uruguaya”, afirma el politólogo alemán. Muchas cosas se hacen con más compostura, debido a la fuerte orientación hacia el consenso. Pero en comparación con muchos otros países en América Latina que se muestran más y más vulnerables al populismo y al autoritarismo, Uruguay sigue dando el mejor ejemplo de estabilidad política en la región, opina Christoph Wagner.