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Educación

Universidades en Japón: sin financiación, pierden la carrera

11 de agosto de 2023

A medida que la población disminuye y menos estudiantes extranjeros optan por una universidad japonesa, las universidades del país se enfrentan a serios retos.

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Estudiantes de la Academia Nacional de Defensa celebran su grado. Imagen del 26 de marzo en la prefectura de Kanagawa
Estudiantes de la Academia Nacional de Defensa celebran su grado. Imagen del 26 de marzo en la prefectura de KanagawaImagen: Kyodo/picture alliance

La disminución de la población, el menor número de estudiantes extranjeros, la caída de las ayudas públicas y las mayores oportunidades en el extranjero plantean serios retos a la educación superior en Japón.

El declive de las universidades japonesas es tal que están siendo superadas por rivales de China, Corea del Sur y Singapur. En Japón hay un total de 780 universidades, institutos y escuelas de formación profesional, con 2,93 millones de estudiantes matriculados en 2022. En 1992 había en Japón 2,05 millones de jóvenes de 18 años, pero apenas 1,12 millones en 2022. Tan preocupante como la disminución del número de estudiantes potenciales es la reputación de las universidades japonesas en la escena mundial.

En julio, la revista Times Higher Education (THE) publicó su clasificación de las 100 mejores instituciones para 2023, en la que sólo figuraban dos universidades japonesas. La Universidad de Tokio ocupa el puesto 39, frente al 35 del año anterior, y la de Kioto el 68, frente al 61 del año pasado. La clasificación ha supuesto una gran decepción para el gobierno. Hace diez años, el Ministerio de Educación se fijó el objetivo de tener al menos 10 universidades entre las 100 primeras en la siguiente década.

El gobierno del Japón disminuyó la financiación desde hace 30 años

"El declive de las universidades japonesas en estas clasificaciones tiene su origen en las reformas que el Ministerio de Educación puso en marcha hace unos 30 años y que convirtieron a las universidades nacionales en organizaciones administrativas independientes, lo que significaba que, en la práctica, tenían que valerse económicamente por sí mismas", explica Yakov Zinberg, profesor de relaciones internacionales en la Universidad Kokushikan de Tokio. Disminuye el apoyo financiero

"A medida que se agotaban las ayudas públicas, tanto económicas como de recursos, los profesores pasaban más tiempo buscando patrocinadores que investigando o escribiendo trabajos académicos", explica Zinberg, que lleva casi 20 años enseñando en la enseñanza superior japonesa. Muchas universidades japonesas empezaron a captar estudiantes extranjeros en los primeros años del siglo XXI.

Yoko Tsukamoto, profesora de la Universidad de Ciencias de la Salud de Hokkaido, dijo que también ha detectado un descenso en las capacidades de los estudiantes japoneses que empiezan la carrera. "Ahora hay menos niños, por lo que es menos competitivo entrar en una universidad que hace unos años y, según mi experiencia, hay muchos profesores que dedican mucho tiempo a perseguir a los estudiantes como si fueran alumnos de instituto", declaró a DW.

"Suelen ser inmaduros y los profesores se agotan intentando ayudarles además de enseñarles". Otra tendencia que Tsukamoto ha observado en los últimos años ha sido una falta general de deseo de estudiar en el extranjero.

"No les interesa ampliar sus horizontes, en parte porque les resulta demasiado difícil", afirma Tsukamoto, que se doctoró en la Universidad de Stanford (California).  "De hecho, me resulta bastante chocante que muchos estudiantes de primer curso sólo hayan salido de Hokkaido una o dos veces, y luego en viajes escolares a otras partes de Japón. La mayoría ni siquiera tiene pasaporte", critica Tsukamoto.

Pero estas clasificaciones muestran que las universidades japonesas están cayendo en la clasificación mundial, mientras que las universidades chinas están subiendo, por lo que esos estudiantes tienen menos probabilidades".

El declive de una nación empieza por el declive de la educación

La falta de financiación de la investigación también contrasta con los incentivos económicos disponibles en otros países, añadió."Si eres un buen profesor y quieres investigar bien, ¿por qué te vas a quedar en Japón? "Hay muchas oportunidades para esas personas en otras partes del mundo".

El resultado final, según Tsukamoto, es un círculo vicioso en el que hay menos universidades de alta calidad en Japón que compiten por un grupo cada vez más reducido de estudiantes que no tienen que preocuparse demasiado por sus notas, ya que Japón tiene una escasez de mano de obra cada vez mayor y tienen garantizado un puesto de trabajo en cuanto se gradúan. Al mismo tiempo, los universitarios disponen de menos tiempo y recursos para proseguir sus estudios y buscan mejores oportunidades en otros lugares. "Es realmente preocupante, ya que el descenso del nivel académico se reflejará muy pronto en una mano de obra menos capacitada para la nación", añadió.

(jov/el)