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Una Unión Europea heterogénea

CHP17 de septiembre de 2003

Después de la negativa de Suecia al 'euro', muchos se preguntan por qué algunos de los estados más prósperos prefieren dar la espalda a la divisa única, mientras que los menos prósperos, la esperan con ansias.

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La hora del euro no ha llegado para todos.Imagen: AP

Muchos europeístas convencidos criticaron duramente el 'no sueco' al euro. ¿Ha perdido realmente Suecia una oportunidad histórica que impulsaría su crecimiento económico? Aún cuando las encuestas oficiales manejadas por los responsables de asuntos económicos y monetarios de la unión afirman que tres cuartas partes de los ciudadanos de la eurozona están satisfechos con la divisa única y que reciben un amplio apoyo de los futuros estados miembros de Europa central y oriental, el 'no' sueco demuestra que esta postura no es general.

Tres naciones le dan la espalda

Con la negativa sueca por primera vez un país de importancia política fuera la corriente central de la Unión Europea se decide por darle la espalda a la moneda única, por segunda vez. La siguiente posibilidad para que el pueblo sueco cambie de opinión será, según ha indicado el primer Ministro sueco, Göran Persson, hasta el 2013.

Ciertamente Suecia no es grande en el sentido en que lo es Francia o Alemania, pero es la más importante de las naciones nórdicas y su papel político supera proporcionalmente al número de sus habitantes.

Suecia se une al club de Dinamarca y Gran Bretaña. Dinamarca dio la espalda a la divisa única en el 2000 y Gran Bretaña se mantiene abierta la puerta del 'aún no' hasta un futuro lejano. Tres países prósperos que simplemente no quieren unirse, a pesar de todas las ventajas prometidas.

Pero sigue siendo el rey

La afirmación constante por parte de la Comisión Europea y otras instituciones europeas importantes, en el sentido de que el euro es un proyecto de toda la UE pierde fundamento. El euro se convertirá sólo en moneda común para aquellas naciones que quieran participar y lo que es más importante, para las que puedan participar.

La Unión Europea parece tener que despedirse del deseo de impulsar la integración europea en base a todos sus miembros. Suecia no será miembro del euro y tampoco lo es de la OTAN. Gran Bretaña tampoco es miembro del euro, pero lo es de la OTAN. Alemania y Francia son naciones centrales en la política monetaria y también en el área de defensa. La misma dinámica podría desarrollarse en una Europa de los 25. Algunos estarán completamente integrados, otros a medias y otros como en el caso de Suecia, de forma menor. La realidad política y monetaria de Europa consiste en una integración creciente pero no homogénea, ni desde el punto de vista del tiempo, ni desde el punto de vista geográfico, lo que no modifica el que el euro siga siendo la segunda moneda más importante del mundo.