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¿Una brecha insalvable?

12 de febrero de 2003

A toda máquina marchan las gestiones en torno al caso de Irak en la OTAN, la Unión Europea y el Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, no se vislumbran consensos, sino contraposiciones al parecer insalvables.

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Los consejos de Chirac no agradan a Bush.Imagen: AP

España y Alemania no han logrado superar sus diferencias en lo tocante a la crisis iraquí. El escaso resultado de la cumbre que sostuvieron sus respectivos jefes de gobierno, José María Aznar y Gerhard Schröder, no es un buen presagio para los intentos de la Unión Europea de evitar la "profunda crisis" que, según advirtió la presidencia Griega, se produciría de no llegar a un acuerdo. Entretanto, las fichas se están moviendo con mayor celeridad en el ajedrez diplomático de la ONU, antes de la decisiva reunión del 14 de febrero, en la que el jefe de los inspectores de armamento, Hans Blix, presentará al Consejo de Seguridad un nuevo informe.

La propuesta francesa

Francia ya ha puesto a circular un documento que propone diversas medidas para reforzar las inspecciones internacionales en Irak. La iniciativa contempla, entre otros puntos, duplicar de inmediato el número de inspectores y triplicarlo a corto plazo. Las inspecciones sin previo aviso serían respaldadas por oficiales de seguridad de la ONU, organismo que además mantendría un coordinador permanente en Bagdad. Adicionalmente prevé la realización de un mayor número de vuelos de reconocimiento que los originalmente planeados y la creación de estaciones móviles para el control de las importaciones iraquíes.

"Nuestra iniciativa se basa en la necesidad de forzar a Irak a cooperar", indica el documento de 4 páginas, que cuenta con el respaldo de Alemania y Rusia. Igualmente China ha manifestado ya su apoyo a "todos los esfuerzos" que puedan conducir a una solución política del problema, puntualizando que considera "sensato" prolongar los controles de armas que efectúa la ONU. Aunque los diplomáticos se resisten a hablar de un "bloque" contra la guerra, a todas luces el frente de los países que intentan frenar los planes bélicos de Washington va cobrando mayor peso en el Consejo de Seguridad, para disgusto de Estados Unidos y sus aliados británicos.

Rechazo de los "halcones"

No sorprende, por lo tanto, que el secretario de Estado norteamericano, Colin Powell, expresara presurosamente su rechazo a la propuesta francesa. En su opinión, vertida en una entrevista que publica hoy el periódico egipcio El Ahram, el plan galo apunta a dilatar infinitamente el proceso de solución de la crisis iraquí. Los argumentos de Powell pueden resumirse en la siguiente tesis: lo importante no es la cantidad de inspectores de armas ni su equipamiento técnico, sino la cooperación de Bagdad.

Gran Bretaña, por su parte, prepara un borrador de resolución que autorizaría el empleo de la fuerza militar contra Irak. Según círculos diplomáticos, dicha propuesta no habría de presentarse antes del viernes 14. Surge entonces la posibilidad de que dos proyectos alternativos queden a consideración del Consejo de Seguridad, si bien es poco probable que llegue a producirse una votación entre dos opciones contrapuestas. Por lo general, estos asuntos se dirimen antes, tras bambalinas. Y lo más seguro es que no llegue a emitirse una segunda resolución en la ONU, mientras las posturas sigan pareciendo irreconciliables.