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Un valle de lágrimas

7 de octubre de 2002

La caída en la bolsa alemana perdura, se acumulan noticias sobre despidos, se escuchan rumores sobre una crisis en el sector financiero. Los analistas recomiendan agarrarse bien, pues la economía se encuentra en picada.

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¿Quo vadis Deutschland?Imagen: AP

El panorama económico y financiero en Alemania resulta sombrío. Cada vez que los analistas indican que se ha tocado fondo en la interminable caída del índice Dax, se rompe un fondo más. Mientras tanto los bancos tienen que defenderse contra rumores sobre problemas de liquidez, tal es el caso del cuarto banco más importante de la nación, el Commerzbank. Las acciones del Commerzbank se desplomaron tras surgir rumores sobre elevadas pérdidas que supuestamente ha sufrido este banco por especular con derivados con los consecuentes problemas de falta de liquidez.

¿Una bomba de tiempo?

Tanta es la presión que los presidentes del Bundesbank alemán, Ernst Welteke, y del consejo de supervisión del Deutsche Bank, el primer banco de Alemania, Rolf Breuer, negaron públicamente que exista una crisis de liquidez en el sector bancario germano e hicieron hincapié en el peligro de que este tipo de informes sigan produciéndose. Pero en opinión de los expertos, el sector bancario alemán adolece de una grave crisis de ingresos, fruto de deficiencias estructurales. Las acciones de las cuatro primeras entidades alemanas, Deutsche Bank, HypoVereinsbank, Dresdner Bank y Commerzbank, han perdido en término medio un 63% de su valor en lo que va del año. Tan sólo en el área de los bancos alemanes se prevén despidos por más de 35.000 personas en el 2002. La situación en el sector bancario y también en el de las aseguradoras se ha convertido en un peligro inminente para la economía alemana.

Paralelas al colapso japonés del 89

De hecho algunos analistas comparan la actualidad económica de Alemania a la vivida en Japón en 1989, cuando una burbuja especulativa de inmensas dimensiones explotó en el mercado de acciones. La consecuencia fue un colapso generalizado en el sector de las empresas de construcción y la industria inmobiliaria, quiebras en el área de las aseguradoras y cierre de muchas cadenas comerciales. Los bancos se quedaron sobre enormes créditos, es decir, sobre pérdidas millonarias. La economía japonesa no ha acabado de recuperarse de aquel duro golpe.

Círculo vicioso

Alemania registra una debilitada demanda interna. El Estado se enfrenta a deudas astronómicas y está sometido a un plan de ahorro riguroso. En comparación internacional, las empresas alemanas dependen excesivamente de créditos bancarios e instrumentos de financiación. El sector financiero que da sostén a la economía se ve fuertemente afectado por la debilidad de las acciones. Esta debilidad hace que las reservas de los bancos y aseguradoras se evaporen, que crezcan sus pérdidas y se reduzca su capital activo. En respuesta los institutos bancarios otorgan menos créditos, las empresas no pueden financiarse -Alemania registrará en el 2002 el nivel de quiebras más alto en la historia de la posguerra- y puesto que las empresas no pueden seguir trabajando y quiebran, no pueden pagar sus préstamos.

Cuando veas las barbas de tu vecino cortar ....

Aún cuando el fenómeno de debilidad económica siempre afecta al sector bancario y de las aseguradoras, en esta ocasión Alemania se enfrenta a un proceso que otros países vivieron ya hace años. Mientras que Estados Unidos y Gran Bretaña registraron una ola de despidos masivos en el sector financiero a finales de la década de los noventa del siglo pasado, Alemania vivió en ese entonces un auge inesperado producto de la reunificación alemana. Los bancos abrieron un sin número de nuevas filiales y contrataron personal para responder a las necesidades de sus nuevos clientes que querían invertir su dinero y construir nuevas casas. Después del boom de la construcción, Alemania vivió el siguiente auge especulativo, esta vez en las bolsas internacionales. Nuevamente los bancos realizaron una serie de inversiones millonarias en la contratación de analistas, administradores de fondos y bancos de inversión. Lo malo es que a este último boom, no le siguió otro y el escenario financiero alemán se enfrenta ahora al camino de regreso a la realidad, una realidad que le hará atravesar por un valle de lágrimas que costará crecimiento y puestos de trabajo.