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Un regalo bávaro de cumpleaños

GG22 de septiembre de 2003

En el día en el que la coalición rojiverde en Berlín cumple un año desde su reelección, al canciller, Gerhard Schröder, le toca comentar el resultado desastroso de su partido en las elecciones regionales en Baviera.

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Tan fácil es poner contento a un político.Imagen: AP

Baviera es diferente. El eslogan ("Spain is different") con el que España atrajo a millones de turistas de toda Europa a sus playas, sirve también para acercarse al caso de ese pueblo alemán peculiar al borde de los Alpes. Aquí, no son millones de turistas sino millones de votantes quienes decidieron otorgar a la Unión Cristianosocial (CSU) del ministro presidente Edmund Stoiber una mayoría aplastante del 60,7 por ciento.

El resultado supone una mejora del 7,8 por ciento respecto a los últimos comicios de hace cinco años. La CSU, socio menor de la oposición conservadora CDU en Berlín, dispone ahora en el Parlamento regional de una mayoría de tres cuartos, suficiente para cambiar la Constitución. Algo que ningún partido ha logrado hasta ahora en Alemania.

Bofetada al gobierno rojiverde de Berlín

Algunos comentaristas ya bromean diciendo que la CSU tendría ahora la legitimidad democrática para establecer una monarquía en Baviera. Los primeros comentarios de Edmund Stoiber ya suenan como declaraciones de un monarca: "Siento orgullo de estar al frente de un partido tan grandioso, en todos los ámbitos sociales - que acaba de sobrepasar la mayoría absoluta. Por eso les digo que este día permanecerá imborrable más allá de los próximos meses y semanas, más allá de los próximos años."

Los analistas coinciden en que la paliza electoral para el Partido Socialdemócrata en Baviera se debe en gran parte al descontento de la población con la política del Gobierno en Berlín en general y especialmente con la llamada Agenda 2010 que contempla transformaciones del mercado laboral y de los sistemas sociales.

Para Edmund Stoiber, la victoria aplastante en Baviera significa una revancha satisfactoria por su derrota frente al canciller Schröder en las generales de hace exactamente un año.

El ministro presidente no ha querido hablar de sus planes futuros, pero tampoco ha descartado volver a presentarse a las elecciones a la Cancillería. El éxito del modelo bávaro es la mejor tarjeta de presentación.

Schröder busca la salida en la ofensiva

El canciller alemán, Gerhard Schröder, atribuyó la derrota en Baviera de su partido, el SPD, al "miedo a los cambios" que traerán los planes de reforma del Gobierno federal. "Los beneficios de esos cambios todavía no pueden verse porque muchas reformas todavía no están en marcha", agregó el canciller, antes de reunirse con la directiva del SPD.

El difícil día de hoy le proporcionó al canciller por lo menos un pequeño alivio. El presidente de la Confederación de la Industria Alemana (BDI), Michale Rogowski, mostró su satisfacción con el curso económico de Gerhard Schröder. "Él tiene que seguir en el gobierno, tiene que poner en marcha el plan de reformas Agenda 2010 al pie de la letra", dijo Rogowski al semanario "Stern" y agregó: "Yo no descarto votar por él. No veo ningún impedimento." En las elecciones generales del 2006, Schröder necesitará todos los votos posibles, también el de Rogowski.