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Un premio al Camino de la unidad europea

Mirra Banchón22 de octubre de 2004

Los premios Príncipe de Asturias fueron entregados hoy. El de la Concordia este año tuvo un insólito ganador: el Camino de Santiago, por su contribución de siglos a la unidad europea.

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La Catedral de Santiago de Compostela.Imagen: dpa

Por ser el Camino de Santiago, un "lugar de peregrinación y de encuentro entre personas y pueblos que, a través de los siglos, en sus 1.200 años de historia, se ha convertido en símbolo de fraternidad y vertebrador de una conciencia europea", la Fundación Príncipe de Asturias le concedió el premio de la Concordia. En la catedral de Oviedo, a su arzobispo, Carlos Osoro, y al de Santiago de Compostela, Julián Barrio, se les entregó el galardón (50.000 euros) como representantes del Camino de Santiago.

Los otros galardonados

Paco de Lucia
Paco de Lucia, ganador del Príncipe de Asturias de las Artes.Imagen: AP

Los Premios Príncipe de Asturias están destinados, según los Estatutos de la Fundación, a galardonar "la labor científica, técnica, cultural, social y humana realizada por personas, equipos de trabajo o instituciones en el ámbito internacional". Los galardones fueron concedidos a los investigadores Joan Massaqué, Robert Weinberg, Bert Vogelstein, Tony Hunter y Judah Folkman (Investigación Científica y Técnica), el periodista francés Jean Daniel (Comunicación y Humanidades), el economista de EEUU Paul Krugman (Ciencias Sociales) y el atleta marroquí Hicham El Guerrouj (Deportes). El italiano Claudio Magris recibió el Premio de las Letras; el guitarrista español Paco de Lucía, el de las Artes. Y la comisaria europea Viviane Reding recibió el de Cooperación Internacional en nombre del programa universitario Erasmus.

Vertebrador de una conciencia europea

En el siglo VII d.C. aparecen las primeras inscripciones en latín en los catálogos apostólicos que dan cuenta de una misión de "San Jacobus in Spania" y en otras regiones de la vieja Europa. En el siglo VIII, Santiago aparece ya como patrono de la España cristiana. Cuenta la leyenda, que en el siglo IX, cerca de la diócesis de Iria Flavia, el ermitaño Pelayo tuvo una revelación. Pelayo acude con el obispo Teodomiro al lugar, y juntos encuentran la tumba del Apóstol Santiago. La historia del milagro cae en terreno abonado, y los reyes asturianos patrocinan la creación de una iglesia y un monasterio.

Santiago, protector del caminante

Desde el siglo X hasta finales de la Edad Media se extiende el peregrinaje a nivel europeo hacia el lugar santo. El hallazgo de la tumba de Santiago supuso para los pueblos europeos cristianizados, pero carentes de unidad, un importante punto de convergencia. El peregrino, entonces, aparece como uno de los primeros símbolos europeos. Al recorrer los "duros caminos" hacia Compostela, Santiago era patrono y protector del peregrino.

Jose Luis Rodrigez Zapatero
Imagen: AP

Hacia Compostela por Alemania

En territorios de francos, anglosajones y germanos, el culto comenzó a difundirse tempranamente. Para el siglo XI, monjes anglosajones hacían estación en su peregrinaje hacia Compostela en lo que hoy es territorio alemán. Aquisgrán o Colonia fueron puntos importantes y concurridos del Camino. Hoy en día, no sólo peregrinos en el estricto sentido de la palabra, sino también deportistas y todo tipo de aventureros recorren sus diversas rutas.

Jakobsweg Schild
Imagen: dpa

Encuentra de toda suerte de caminantes

De 200.000 visitantes al año hablan las estadísticas de la ciudad de Santiago de Compostela. Sea por el motivo que fuere, el objetivo de todos estos peregrinos modernos es llegar a la tumba del Apóstol, y para mucho de ellos el viaje se corona con el abrazo a la estatua de Santiago en la Catedral. Visto así, se entiende mucho mejor el porqué de este insólito premio a un milenario Camino.