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Un paquete para Irán

Mirra Banchón10 de mayo de 2006

La troica europea propone desarrollar un paquete de medidas coactivas y seductoras para convencer a Teherán de lo conveniente de no ponerse de malas con la comunidad internacional.

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Planta nuclear en Isfahan, IránImagen: AP

Después del fallido intento de llegar a un acuerdo en cuanto a una resolución en contra de Irán por su proyecto nuclear, los seis -Estados Unidos, los otros cuatro miembros permanentes del Consejo de Seguridad y Alemania- se han emplazado para una nueva reunión la próxima semana.

Lo bueno de cooperar

Después de las largas conversaciones en las cuales una resolución contra Irán basada en el capítulo VII de la Carta de Naciones Unidas no acabó de encontrar consenso debido a que se abre la puerta a sanciones económicas e incluso ataques militares, se trata ahora de cambiar el tono y atraer a Irán a la mesa de negociaciones. De ello se encargará la troica europea: su tarea es crear un paquete de medidas que convenza a Irán de lo conveniente que sería el cooperar con la comunidad internacional y renunciar a sus proyectos nucleares.

Si Irán coopera, la UE ofrecerá una serie de incentivos relacionados con la energía, la seguridad y la producción nuclear para fines civiles. Aparte de este paquete sigue sobre la mesa la propuesta rusa de enriquecer uranio con fines civiles en territorio moscovita. La único que tendría que hacer Teherán es cumplir con las exigencias de la junta de gobernadores del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA).

Sin embargo, a la vez que se escuchan estos nuevos tonos dulcificados, la secretaria de Estado norteamericana, Condoleezza Rice, no cesa de aseverar que Estados Unidos seguirá intentando lograr que Irán desista de sus propósitos con una resolución. Es decir, Washington no abandona la idea de que al seno del Consejo de Seguridad se llegue a convencer a Rusia y a China de aceptar la propuesta franco-británica.

Y a todo esto qué dice Ahmadineyad

Por su parte, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad -cuya larga carta al presidente de los Estados Unidos no ha encontrado sino desdén y, al parecer no será respondida- señaló que Irán continuará su programa de enriquecimiento de uranio y no cederá ante las presiones de Washington.

De gira por Indonesia se está encargando de hacerse con el apoyo del país con mayor población musulmana. Según declaró el presidente indonesio, Susilo Bambang Yudhoyono: "Indonesia cree que el programa nuclear iraní es pacífico". Recalcó además que cree en que el problema actual puede ser solucionado por medios diplomáticos involucrando a varias partes de la comunidad internacional. A este apoyo aporta, seguramente, que Teherán prevé invertir al menos 600 millones de dólares en el sector energético indonesio durante los próximos años.

Como fuere, claro está que no tanto occidente como Teherán utilizan ahora la táctica del garrote y la zanahoria. Occidente muestra dureza insistiendo, sobre todo Estados Unidos, en la resolución y las sanciones y a la vez pretende crear medidas seductoras que lleven al fin al reacio Teherán hacia la energía nuclear con fines pacíficos certificados.

Irán con su carta, que si bien subraya los errores de Estados Unidos -lo que entienden unos analistas como una demostración de poder de un jugador que no blufa-, es una señal de que está dispuesto a una conversación, siempre y cuando sea en sus términos.