Un holandés a la cabeza de la OTAN
Jaap de Hoop Scheffer goza fama de gran diplomático en el escenario internacional. Cuando asuma el puesto de secretario general de la OTAN el próximo 5 de enero, requerirá de toda su astucia diplomática para conquistar los desafíos que le esperan: Irak, Afganistán y la mayor expansión en la historia de la Unión Europea, por nombrar sólo algunos.
De Hoop Scheffer podrá poner a prueba sus dotes diplomáticas para mejorar las relaciones fuera de la OTAN con Rusia y Ucrania, pero especialmente las relaciones internas entre los 19 países miembros de la organización trasatlántica. La guerra de Irak es acaso uno de los episodios más traumáticos, la mayor prueba de fuego, en los casi 55 años de existencia de la OTAN. Este conflicto dividió la organización en dos bandos, aquellos que aprobaban la intervención militar, encabezados por Estados Unidos y Gran Bretaña, y los opositores, entre ellos Alemania y Francia.
¿Afganistán ejemplo para Irak?
Aun cuando se ha superado el momento más acalorado de la crisis, todavía hay mucho que hacer para sanar las heridas. El holandés De Hoop Scheffer parece la persona idónea, pues el abierto apoyo de Holanda a Estados Unidos durante la guerra fue tan diplomático, que no despertó ni enojo ni molestia. La sensibilidad holandesa explica, no en última instancia, la elección unánime de Jaap De Hoop Scheffer para ocupar este puesto estratégico.
El nuevo secretario general deberá hacer gala de sus cualidades negociadoras y de gran tacto, pues a pesar de que la alianza ha vuelto a la normalidad, las diferencias de intereses persisten. Estados Unidos demanda mayor apoyo de la Alianza en Irak y De Hoop Scheffer tendrá que proponer las opciones posibles. A más tardar para junio entrante, cuando los representantes de la OTAN se den cita en la Cumbre de Estambul, el diplomático holandés tendrá que contar con propuestas concretas. La misión de la OTAN en Afganistán le podría servir de puente en ese difícil paso.
De 19 a 26
Otro de los grandes desafíos será combatir el terrorismo internacional y la reestructuración de la OTAN. La organización trasatlántica tiene que modernizar sus arsenales y mejorar su logística con el fin de poder reaccionar con rapidez a los requerimientos modernos. Hay mucho por hacer, tanto más si se toma en cuenta, que en la citada Cumbre de Estambul, los 19 se convertirán en los 26, cuando ingresen en la Alianza Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovenia y Eslovaquia.