1. Ir al contenido
  2. Ir al menú principal
  3. Ir a más sitios de DW

Un comité para los necesitados

26 de enero de 2013

En Lituania ya quedan muy pocos supervivientes del Holocausto y todos tienen una edad muy avanzada. Algunos están enfermos y otros necesitan ayudas sociales. Una visita a la Comunidad Judía de Vilna.

https://p.dw.com/p/17SAK
Imagen: DW/Rabitz

Tras pasar por la magnífica puerta restaurada de la entrada, hay que superar una barrera electrónica, subir algunas escaleras y cruzar varios pasillos antes de llegar al destino. No es que la oficina del Comité de ayuda a los supervivientes de los guetos lituanos esté muy escondida, pero hay que saber cómo encontrarla, aquí en el centro de Vilna, cerca de la universidad.

Viviendo en solidaridad

Una sala pequeña llena de muebles, ordenadores y montañas de documentos y carpetas. El teléfono, que suena casi sin parar, juega aquí un papel prioritario. En una mesa grande, un empleado distribuye billetes cuidadosamente y los introduce en sobres preparados con la dirección puesta. Frente a él está sentada Ranana Manichanova, una antigua periodista, y al lado, Fania Brancovska, la bibliotecaria. Ambas mujeres, de 80 y 90 años respectivamente, son supervivientes del antiguo gueto. Contentas de recibir visita de Alemania, abren una caja de bombones mientras se escucha el crujido de los papeles, el repiqueteo de los teclados de ordenador y el chasquido de la puerta abriendo y cerrándose. Las señoras, ancianas pero enérgicas, no están aquí como testigos de su tiempo sino como miembros de la organización de ayuda a los supervivientes del gueto. Se ocupan de los compañeros de fatigas que tienen movilidad limitada y necesitan ayuda urgente.

Ranana vom Hilfskomitee für die Ghetto-Überlebenden Vilnius
Ranana, del Comité de ayuda a los supervivientes de los guetos en Vilna.Imagen: DW/Sarah Hofmann

Niños del gueto

Todos tienen el mismo pasado, tal como relata Ranana en alemán fluido: “Todos los que estamos en esta oficina estuvimos escondidos y sobrevivimos al Holocausto”. Ella misma huyó del gueto junto con su madre y se instaló en la pequeña buhardilla de la casa de una familia de campesinos lituanos. Tobias Jafete, que es algo así como el jefe y siempre está al teléfono, también fue rescatado siendo niño. Él consiguió sobrevivir con parientes no judíos utilizando papeles falsos. Tobias asigna personalmente los fondos de ayuda, no solo en Vilna. Al día siguiente va a viajar con los sobres a Kaunas. “Debemos estar ahí. Esta es nuestra vida”, dice en una mezcla de yiddish y alemán, y explica lo importante que es salir de casa por la mañana e ir al trabajo aunque uno ya haya alcanzado hace tiempo la edad de jubilación. Tobias Jafete viene al comité dos veces a la semana desde hace 18 años y lo seguirá haciendo mientras sus pies se lo permitan.

Jüdisches Leben Litauen
Imagen: DW/Rabitz

Ayuda y consejo

Tal como explica Tobias, el consejo distribuye a los afectados una ayuda financiera para medicamentos de hasta 29 euros al mes. También hay subsidios destinados a fines sociales y asistencia en las necesidades del día a día, como limpiar la casa o hacer la compra. Se ofrece asesoramiento por teléfono o en entrevistas personales y se ayuda a rellenar formularios o certificar documentos importantes. Sin esta documentación no es posible acceder a unas indemnizaciones que los beneficiaros necesitan con urgencia. Las pensiones estatales en Lituania son muy bajas y se redujeron aún más a raíz de la crisis financiera. El sistema social y sanitario es muy deficiente. Según la Jewish Claims Conference (JCC), los ancianos supervivientes afincados en la antigua Unión Soviética son de los judíos más necesitados del mundo. Tal como figura en una publicación de la organización, “pasan el ocaso de la vida en condiciones extremadamente adversas”. La JCC también financia medidas de asistencia social y, en 2001, adjudicó casi 270.000 dólares a la comunidad judía de Vilna.

Un lugar de encuentro contra la soledad

La pequeña oficina es un importante lugar de encuentro para los miembros del comité. Aquí se relacionan y ofrecen una buena porción de solidaridad activa a aquellas personas que están en dificultades. Aunque están marcados por lo que han vivido, por el milagro y el dolor de la supervivencia, aquí se despojan de su rol de testigos de su época. “No podemos vivir solo en el pasado“, dice Ranana. Así pues, para todos ellos también hay otra razón muy sencilla para venir aquí: salir de casa, no oxidarse, ser útiles en el día a día, permanecer independientes y luchar contra la soledad de la vejez.

En la pared, tras un cristal, hay pequeñas fotografías de antiguos habitantes del gueto que sobrevivieron escondidos a la ocupación nazi de 1941 a 1944. También hay huecos, fotos ausentes que indican que muchos ya han fallecido. Hoy día solo quedan en Lituania 99 supervivientes de los guetos.

Autora: Cornelia Rabitz
Editora: Claudia Herrera