Un catalizador político para Johannesburgo
20 de agosto de 2002
Decenas de miles de personas siguen luchando infatigablemente contra las aguas del río Elba, que avanzan con mayor fuerza y velocidad de la prevista hacia el norte de Alemania. Más de 13 mil habitantes de los estados de Baja Sajonia y Mecklemburgo Antepomeriania han tenido que ser evacuados, en previsión de la catástrofe que podría producirse. El gran temor consiste en que los diques reblandecidos no resistan el embate de las aguas.
También los estados de Schleswig-Holstein y Hamburgo podrían verse afectados, aunque allí no se espera desastre de las dimensiones que adquirió la inundación en el Este del país. En Hamburgo, las autoridades estiman que no será necesario llevar a cabo evacuaciones, dado que cuentan con que el nivel del Elba no supere en más de medio metro el habitual. Si todo ocurre de acuerdo con los pronósticos, lo peor de la riada ya habría quedado atrás. Ahora el desafío consiste en reparar lo reparable y paliar el drama de la población afectada.
La esperanza de los ecologistas
Mientras se organiza la ayuda y se discuten alternativas de financiamiento, los defensores del medioambiente esperan que al menos algo bueno haya tenido esta "inundación del siglo" y sirva de catalizador político para la cumbre sobre desarrollo sostenible que tendrá lugar en Johannesburgo.
La Liga alemana de Protección de la Naturaleza (BUND) exhortó a Berlín a adoptar un papel de avanzada en dicha conferencia. Su director, Gerhard Timm, indicó que allí se tendrá la oportunidad única de acordar internacionalmente reducciones concretas de los gases que provocan el efecto invernadero. La meta a largo plazo sería la de disminuir las emisiones de dióxido de carbono en un 40% hasta el año 2020.
Razones prácticas
La organización Germanwatch propuso además crear un fondo internacional, pasándoles en el futuro la factura a los responsables del cambio climático. En opinión de Klaus Mielke, miembro del directorio de Germanwatch, deberían financiar dicho fondo aquellas empresas que durante décadas han obtenido ganancias récord gracias a la energía obtenida de combustibles fósiles.
Los verdes, por su parte, abogan por aprender de lo ocurrido con el Elba y reducir el sellado de los suelos, renunciando además a los proyectos de canalización del río. A juicio del partido, no son sólo motivaciones altruistas las que hacen necesaria la adopción de medidas para proteger el clima, sino también razones prácticas y materiales. En este sentido, no actuar resulta más caro. Las cifras que comienzan a conocerse poco a poco le dan la razón: los daños ocasionados por las inundaciones oscilarían entre 10 y 15 mil millones de euros, según estimaciones de una compañía de seguros.