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¿Un cambio radical?

5 de abril de 2004

Un cambio radical en la forma de apoyo económico a la antigua parte socialista del país exige en Alemania un comisión gubernamental.

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Fabricación de microprocesadores en Dresden.Imagen: AP

Según la comisión, cuyo informe trascendió el lunes, el tipo de apoyo que se le ha proporcionado a la ex Alemania Oriental es un fracaso. Más de un millón de millones de euros ha transferido en los últimos 13 años la parte occidental de Alemania a la parte oriental. El resultado ha sido muy magro: la economía del este del país no se ha echado a andar. La economía de la parte occidental, por su parte, siente los efectos de la sangría.

Recapitulemos. El 9 de noviembre de 1989 cae el muro que dividía a Alemania Occidental de Alemania Oriental. El 3 de octubre de 1990 lo que hasta ese entonces había sido la RDA socialista se adhiere a la Alemania occidental de economía de mercado. Desde entonces, la parte occidental transfiere anualmente enormes sumas para transformar el este en un "floreciente paisaje", como dijera Helmut Kohl, el "canciller federal de la reunificación".

Una cifra enorme

A exactamente 1,25 billones de euros asciende el monto de dinero que el Estado ha transferido desde entonces hasta ahora de la parte occidental a la parte oriental del país. Esa enorme suma se ha invertido por un lado en obras de infraestructura, tales como calles, puentes, vías férreas y canales. Por otro también en subvenciones a las inversiones y sobre todo en prestaciones sociales.

También empresas semiestatales han invertido miles de millones. Las telecomunicaciones, por ejemplo, se hallan hoy en el este del país al más alto nivel técnico. Más de 10 millones de metros de cable fueron tendidos a lo largo y ancho de la ex Alemania socialista.

Sistema social sin financiación

Pero la mayor cantidad de fondos fluyó y continua fluyendo a través del sistema de seguridad social. Los cuatro millones de jubilados de la ex RDA cobran en promedio una pensión más alta que los jubilados en la parte occidental, a pesar de que nunca realizaron aportes a las cajas de pensiones. Otras prestaciones sociales devoran también gran parte de las transferencias: asistencia social, subsidio familiar y subsidio para la vivienda.

La unidad de Alemania le cuesta a la parte occidental el 4% de su PIB. Como el crecimiento es menor de ese 4%, las transferencias afectan la médula de la economía, dice la comisión en su informe. La infraestructura y los servicios públicos en la parte occidental hace tiempo que sienten las consecuencias. Las inversiones comunales, por ejemplo, descendieron de 33 mil millones de euros en 1992 a 22 mil millones el año pasasdo.

Los jóvenes se marchan

No obstante, la parte oriental del país sigue estancada. La tasa de desocupación alcanza al 20%. Debido a la crisis, muchos jóvenes se marchan. El envejecimiento promedio de la población es dramático. Ello a su vez agudiza más la crisis.

Rentner protestieren gegen eine mögliche Kürzung ihrer Rente
La edad promedio de la población aumenta.Imagen: AP

Tres causas principales del estancamiento económico en el este ha identificado la comisión: la reforma monetaria, la rápida igualación de los salarios del este a los del oeste y la pérdida de los mercados de Europa Oriental. Con la reforma monetaria y la rápida igualación de salarios, los productos de la parte este dejaron de ser competitivos, por la menor productividad. La pérdida de los mercados de Europa Oriental debido al colapso del socialismo le dio el tiro de gracia.

Salidas a la crisis

Como salida a la actual situación, la comisión propone como principales medidas: exoneraciones impositivas para las empresas, la subvención de sueldos, la inversión en infraestructura sólo en ramas que prometen crecimiento económico, la redistribución de fondos de investigación a favor del este de Alemania, la desregulación del derecho laboral, de construcción y ambiental y la participación de por lo menos una empresa del este en todas las licitaciones federales. En otras palabras: más inversiones en producción y menos en consumo.

El informe de la comisión ha caído como otro balde de agua fría sobre un país en medio de profundas reformas estructurales. Por otro lado, puede ser un shock reanimante. Porque si no se da un golpe de timón rápidamente, dice la comisión, "la crisis en la ex RDA puede debilitar el poderío de la hasta ahora mayor economía de Europa". Y ese lujo Alemania no se lo puede dar.

Pablo Kummetz