UE-América Latina: ¡a la caza del crimen medioambiental!
5 de junio de 2019
En los últimos 40 años, el 20% de la Amazonía ha sido destruida. Desde 1970, los países de América Latina han perdido un 83% de su fauna. No obstante, la región conserva en este momento el 40% de la biodiversidad de todo el planeta y zonas boscosas vitales globalmente. A la explotación legal de minerales con su impacto ambiental y a las impactantes industrias agropecuarias que, con permiso de los Estados, amplían sus dominios, se une el comercio ilegal de maderas, de especies, de minerales. A detectar este "crimen medioambiental” se dedica el PAcCTO (Programa de Asistencia contra el Crimen Transnacional Organizado).
Creado en 2017, el PAcCTO presenta esta semana en Francia y en Bélgica sus primeros logros concretos. Y su visión a mediano plazo.
La cadena penal completa en la mira
Este proyecto entre la Unión Europea y 18 países de América tiene en la mira la revisión de la cadena penal en su conjunto: desde la lucha contra el crimen transnacional organizado hasta la gestión penitenciaria. Sus áreas de trabajo incluyen el lavado de activos, el cibercrimen y la corrupción. La lucha contra el crimen medioambiental es una mezcla de todas las áreas de trabajo de este esfuerzo internacional.
Según cifras que manejan los especialistas del PAcCTo, a diario una tonelada de oro es extraída ilegalmente en Perú; limpiar una tonelada de oro requiere entre 3 y 5 gramos de mercurio; un gramo de mercurio contamina entre 80.000 y 200.000 litros de agua.
Y con un kilo de oro, en los mercados, se puede ganar unos 37.000 euros. Libres de impuestos. En el caso de Colombia, los especialistas calculan que en 2019 los beneficios del tráfico de piedras preciosas, oro, especies protegidas y madera superarán a los del narcotráfico.
Impacto conocido, definición por conocer
Pero en realidad no existe una definición internacional de "crimen medioambiental”. Los diferentes niveles de emisiones que se permiten en los países, las licencias de explotación, los riesgos permitidos, hacen que una tipificación estándar aún no esté al alcance de la mano.
"No hay definición como tal de crimen medioambiental. Depende de cada legislación. Hay países donde un delito es penado a nivel de legislación criminal y en otro país es objeto de una sanción administrativa”, explica a DW Marc Reina, especialista de El PAcCTO. En una definición conjunta se está trabajando; el plazo para presentar una definición válida para todos es aún incierto.
Comenzar por lo que hay
"No obstante, sí la hay de crimen organizado, como lo marca la Convención de Palermo”, puntualiza Reina. Y en ello se enfoca el trabajo conjunto. Gracias a esta colaboración, en la que se incluye Europol, se han detectado ya empresas y organizaciones financieras activas en la red de tráfico de maderas del Brasil, explican en Bruselas autoridades brasileñas.
Si bien todo el aspecto del impacto nocivo de la explotación minera y maderera permitida por los propios países no es materia de esta cooperación, sí lo es la investigación de los mercados de estas materias primas y bienes habidos ilícitamente.
"De momento, estamos trabajando con el origen y con el tránsito. Minería ilegal hay en Ecuador, Perú, Colombia, Brasil, Panamá y Costa Rica. Estamos trabajando también en los países por donde pasa el tráfico de minerales, especies protegidas y madera”, explica Reina.
En cuanto a la UE, "tenemos responsabilidad porque esos bienes de delitos medioambientales llegan en parte a estos mercados. Pero en su gran mayoría somos sólo un punto de tránsito de camino al Asia”, agrega.
Los que trabajan en este nuevo enfoque del crimen medioambiental saben que están al comienzo. "No hay un nombre, no hay un rostro. Los daños que causa el mercurio tardan años en hacerse visibles”, dice a DW por su parte Belisa Catarino, coordinadora de El PAcCTO.
Catarino busca la integración de los movimientos de la sociedad civil. "Ahora que la voluntad de cambio está, hemos elevado el listón y queremos también evitar y prevenir para que la lucha contra el crimen medioambiental sea efectiva”, agrega Catarino y concluye: "por demasiado tiempo sólo reaccionamos”.
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