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Turquía: ¿la hora de los europeístas?

16 de julio de 2002

El gobierno de Turquía perdió su mayoría parlamentaria, tras una prolongada sangría de ministros. El país enfrentará ahora elecciones anticipadas, que suponen una oportunidad para las fuerzas pro-europeas.

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El primer ministro turco, Bülent Ecevit (al centro), no logró superar la crisis.Imagen: AP

Ya es un hecho que el primer ministro turco, Bülent Ecevit, abandonará su cargo. Tras un período turbulento, con una crisis económica no resuelta y una pugna política que motivó una seguidilla de dimisiones en el gabinete, se impuso la necesidad de celebrar elecciones anticipadas. La fecha prevista para llevarlas a cabo es el 3 de noviembre. Y aunque los nacionalistas exhortan a no creer que la Unión Europea será la tabla de salvación para el país, estos comicios se plantean de facto como un pronunciamiento acerca de la voluntad de adhesión a la UE.

Mayoría pro-europea

La población turca tendrá la oportunidad de demostrar que lo que indican los sondeos demoscópicos es correcto: según las encuestas, el 75% de los ciudadanos es partidario de una mayor aproximación a los valores y normas de la Europa comunitaria. Cada voto a favor de los partidos que promueven la democracia, los derechos humanos y las libertades individuales, será un voto contra los incorregibles nacionalistas.

Pero también a los europeos les corresponderá allanar el camino de Turquía. A fin de cuentas, se trata del único país musulmán que forma parte de la OTAN, y desde hace décadas cuenta con un status de asociado a la UE. Sin embargo, queda claro que Ankara no estará en condiciones de lograr avances significativos en materia de reformas legales, en el tiempo que queda hasta la cumbre extraordinaria que tendrá lugar en octubre en Bruselas, ni hasta la cumbre de Copenhague, en diciembre. El hecho de que el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, haya suspendido su planeada visita a Turquía en vista de la situación allí imperante, pone de manifiesto las dificultades que plantea evaluar a este país como candidato a la adhesión.

El factor geoestratégico

Si los nacionalistas u otras corrientes anti-europeas triunfan en las elecciones, Turquía podrá archivar el tema de la incorporación a la UE. Pero antes de que el pueblo turco se pronuncie en las urnas, Bruselas deberá extremar su tacto, ya que cada decisión o medida que pueda ser interpretada como un desaire en Ankara, restará vigor a los europeístas y alentará a los detractores de la Unión Europea.

Con su ubicación geográfica en la periferia de Europa, Turquía es de enorme importancia para Occidente. En sus inmediaciones hay numerosos focos de conflictos, manifiestos o pontenciales. Y si Ankara da la espalda a la UE, también podría verse afectada la estabilidad de otros países de la región.

Baha Güngör