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Desde hace días, cientos de miles de manifestantes llenan las calles de las grandes ciudades turcas. Entretanto, en muchos lugares se produjeron disturbios. En los últimos años Erdogan pasó por alto muchos valores democráticos. Gobernó a su gusto, aplicando medidas estrictas contra el consumo de alcohol, realizando grandes obras sin tener en cuenta los potenciales daños o arrestando a estudiantes y periodistas críticos con el régimen. Incluso dentro de su propio partido Justicia y Desarrollo (APK) se están empezando a oir voces discordantes.