Tsunami: balance de la solidaridad

"Esta es una maratón, pero hay que correrla a toda velocidad". Así describió Bill Clinton el panorama de la ayuda a las regiones asoladas por el Tsunami de diciembre pasado en el Sudeste Asiático. Seis meses han transcurrido desde la tragedia y el balance provisorio de los encargados es relativamente alentador, aunque tampoco en este caso escasean las críticas. Hay quienes argumentan que el dinero no se ha empleado convenientemente y que grandes sumas aún permanecen "estacionadas" en los bancos, a la espera de ser gastadas.

Ayuda inmediata

Clinton -emisario especial de las Naciones Unidas- aseguró que es mucho lo que se ha hecho. Por ejemplo se ha abastecido de alimentos a 2 millones de personas y 1.200 000 niños han sido vacunados. Más de un millón de personas siguen recibiendo diariamente una ración de agua de UNICEF. Hasta ahora los países afectados por el desastre han recibido acerca de 3.900 millones de dólares. No es demasiado si se toman en cuenta las necesidades: la ONU calcula que se requerirán aproximadamente 8.900 millones para la reconstrucción en los próximos 5 años.

También en Alemania diversas organizaciones de ayuda entregaron este jueves el resumen de un semestre de trabajo. 600 millones de euros se recaudaron en este país en donativos privados. A ello se suman 500 millones de euros en ayudas comprometidas por el gobierno federal, a lo que habría que añadir también numerosos aportes de organizaciones comunales, educacionales o asistenciales.

Buenas calificaciones

La ola de solidaridad que despertó el Tsunami en Alemania, pese a la crisis económica y laboral, está fuera de toda discusión. El debate se centra en si los donativos entregados no fueron quizá excesivos, sobrepasando la capacidad de las organizaciones asistenciales de darles un destino adecuado. El director ejecutivo del Instituto Central de Asuntos Sociales (DZI), Burkhard Wilke, desestima esos argumentos, negando además que la disposición a donar dinero para las víctimas del maremoto haya ido en detrimento de los aportes a otras campañas.

El DIZ, entidad que otorga en Alemania un sello de calidad a las organizaciones que recolectan donaciones, pone buena nota a la forma en que han manejado el dinero. Consultado acerca de si no considera objetable que una organización haya gastado hasta el momento sólo el 20 o 30% de los fondos recaudados, Wilke precisó que eso sólo vale para aquellas entidades que se dedican exclusivamente a la ayuda inmediata en casos de catástrofe. Pero explicó que, en general, no hay nada que objetar, ya que la mayoría de las instituciones asistenciales han iniciado parte de sus proyectos, pero se encuentran aún en medio de la fase de planificación. Y eso toma tiempo, al igual que las labores de reconstrucción propiamente tales que, en este caso, podrían prolongarse varios años.