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¿Trump o Harris? ¿Qué presidencia le conviene más a China?

Alexander Görlach.
Alexander Görlach
8 de octubre de 2024

Desde la perspectiva china, Kamala Harris y Donald Trump tienen ventajas e inconvenientes. Alexander Görlach los analiza en su columna.

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Xi Jinping en un estrado con flores rojas alza una copa de vino. Detrás cuelgan suntuosas telas rojas.
Xi Jinping dio un discurso con motivo del 75 aniversario de la fundación de la República Popular China.Imagen: Johannes Neudecker/dpa/picture alliance

El 1 de octubre, día del aniversario de la fundación de la República Popular China, como todos los años, Xi Jinping pronunció un discurso. Y, como en ocasiones anteriores, el mandatario volvió a hablar de Taiwán. Xi afirma que la república insular forma parte de la República Popular, lo cual no es cierto, ya que el Partido Comunista Chino nunca gobernó allí.

La isla, regida democráticamente, es una espina clavada en el costado de Xi, porque teme que el ejemplo de libertad dado por los 23,5 millones de taiwaneses pueda espolear a la población de la República Popular China a seguir su ejemplo.

Los expertos militares ven 2027 como el año de un posible ataque a Taiwán, porque creen que, para entonces, se habrá completado la modernización del Ejército chino. El factor decisivo en la estrategia de Pekín será, probablemente, ver si Estados Unidos se apresura a ayudar a su aliado Taiwán. A ello se ha comprometido Estados Unidos legalmente en caso de un ataque chino. Biden ha insistido repetidamente en que acudiría en ayuda de Taipéi, pero sin revelar exactamente qué forma adoptaría este apoyo.

Para Pekín, calibrar esta cuestión no solo depende de quién gane las elecciones presidenciales estadounidenses en noviembre. Si el vencedor es Donald Trump, la relación entre ambos países podría deteriorarse aún más. Al mismo tiempo, Donald Trump se mostró vulnerable durante su mandato como presidente, algo que Pekín podría aprovechar.

Trump fue cortejado por Xi y agasajado suntuosamente en un salón con fastuosas decoraciones doradas. Además, el expresidente estadounidense dijo falsa y repetidamente que eran los taiwaneses quienes quitaban puestos de trabajo a EE. UU. en la industria del chip, en la que el país insular ha sido pionero mundial durante décadas.

En definitiva, es probable que Pekín llegue a la conclusión de que una segunda administración Trump podría significar la posibilidad de un "acuerdo" sobre Taiwán. Al mismo tiempo, un nuevo mandato del republicano se asociaría con el desorden y el caos, algo que no gusta nada en China.

Objetivo: la división de Occidente

En Pekín, está claro que no habrá caos ni desorden bajo el mandato de Kamala Harris. Sin embargo, una presidencia de Harris implicaría la prolongación de la política hacia China del Gobierno de Biden, que ve al gigante asiático como competidor y rival. También es probable que Kamala Harris continúe el rumbo de Biden en la cuestión de Taiwán, y siga consolidando y ampliando alianzas en Asia.

Es una parte esencial de la estrategia de Xi Jinping dividir a los aliados occidentales y persuadirlos para que adopten posturas diferentes. Con Kamala Harris en la presidencia, la alianza atlántica se vería reforzada y sería difícil dividirla con éxito. Por otro lado, la economía china no podría hacer frente a las sanciones europeas y  estadounidenses que, sin duda, seguirían a una invasión de Taiwán.

Todo esto sugiere que la posible fecha de una guerra china contra el Taiwán democrático no depende tanto de los factores internos como de los externos. Pekín no quiere verse envuelto en una guerra contra EE. UU. y sus aliados europeos de la OTAN.

Si Trump es elegido, Xi podría conseguir dividir la alianza occidental, pero es posible que la relación de Washington con la República Popular China se deteriore aún más bajo la presidencia del republicano. China estaría en una posición mucho mejor con Kamala Harris como presidenta de Estados Unidos que con Donald Trump.

(ms/rml)