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Tregua israelí: ¿una oportunidad?

Emilia Rojas Sasse31 de julio de 2006

La tregua de 48 horas que anunció Israel, tras el shock internacional provocado por el ataque que costó la vida a más de 50 civiles libaneses en Qaba, parece más que frágil. No obstante, en Europa da pie a esperanzas.

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¿Un respiro y nada más?Imagen: AP

Como "un signo positivo" para un próximo cese duradero de las hostilidades en el Medio Oriente evaluó el gobierno alemán la tregua de 48 horas anunciada por Israel. El portavoz gubernamental Ulrich Wilhelm subrayó que ahora el Consejo de Seguridad de la ONU tendrá que crear las condiciones para un amplio acuerdo político que permita superar el conflicto. Algo más escéptica suena la reacción de Francia, que sigue exigiendo el término inmediato de todas las acciones de combate. El primer ministro galo, Dominique de Villepin, calificó la citada tregua de "un primer paso que, sin embargo, resulta insuficiente en vista de los actuales riesgos".

Israel no desiste

Motivo de sobra existe para no caer en la tentación de un alivio prematuro. De partida, porque el ministro israelí de Defensa, Amir Peretz, dejó bien en claro la intención de proseguir la ofensiva contra Hezbolá e incluso ampliar sus dimensiones. Hablando ante el parlamento, subrayó en este contexto que Israel "no puede aceptar la entrada en vigor inmediata de un cese del fuego", explicando que, aunque se ha infligido serios daños a los arsenales de Hezbolá, sus cohetes siguen siendo una seria amenaza.

¿De qué sirve entonces esta tregua, incluso en el supuesto de que se mantenga por 48 horas? Ciertamente, posibilitará ir en ayuda de las víctimas en el sur del Líbano y permitirá paliar en algo la tragedia humana. Pero poco será su efecto positivo si no se aprovecha el respiro en la esfera política, e Israel sigue convencido de que su objetivo de debilitar a Hezbolá por la vía militar es alcanzable, aun a costa de pagar el altísimo precio político de perder cada vez más la comprensión internacional. Como dijo un político alemán, Israel le está dificultando a sus amigos defender su proceder. En cambio, las filas de sus enemigos crecen con cada víctima inocente que muere en el Líbano.

La inquietud de Washington

Así las cosas, también Estados Unidos se esfuerza ahora por detener las hostilidades. La secretaria de Estado, Condoleezza Rice, emprendió viaje de regreso a Washington con la optimista apreciación de que hasta fines de la semana podría lograrse un alto el fuego. Su plan contempla el estacionamiento de una tropa de estabilización en el sur del Líbano, que quedaría vedado a toda agrupación armada. Además, plantea la necesidad de impedir el suministro de armas a Hezbolá.

Aunque el presidente Bush reiteró una vez más que hay que atacar la raíz del problema, rechazando la imposición de un alto el fuego inmediato, la dinámica que ha adquirido la diplomacia estadounidense es, de momento, el factor más esperanzador en medio de este trágico escenario. Desde ya, la tregua de 48 horas en los bombardeos es fruto de las gestiones de Condoleezza Rice en Israel, aunque no se conocen los detalles. Según el subsecretario alemán de Relaciones Exteriores, Gernot Erler, lo conseguido por Condoleezza Rice en las últimas horas es "mucho más de lo que en realidad se podía esperar" y pone de manifiesto que también Washington reconoce el peligro que conllevan los últimos acontecimientos en el Medio Oriente.