Tras la pista de Al Qaeda

Las autoridades españolas suponen que los cinco detenidos forman parte del entramado financiero de la red terrorista Al-Qaeda y podrían estar relacionados con el atentado de Yerba, ocurrido el 11 de abril del año pasado. El Ministro del Interior español, Angel Acebes, dió a conocer la identidad de los detenidos, cuatro de nacionalidad española y uno paquistaní, y dijo que las investigaciones apuntan a la existencia de una compleja red de personas y empresas en España que está integrada a Al Qaeda. Supuestamente su objetivo sería el mantener el financiamiento de la organización terrorista y facilitar el movimiento de sus miembros de manera clandestina.

Desafío para los cuerpos de seguridad

Los cuatro españoles, entre ellos una mujer, fueron detenidos en Valencia por la Guardia Civil (policía militarizada), mientras que el paquistaní fue arrestado en un local de servicio telefónico donde trabajaba, en Logroño, al norte de España. En el operativo policial, en el que participaron policías franceses y alemanes y fue apoyado con información de cuerpos de seguridad de Estados Unidos, Suiza, Portugal y Túnez, fueron registradas las empresas y domicilios de los detenidos donde se incautató amplia información.

Aceves dijo que el caso confirma que en España y en el resto de Europa existe una presencia de miembros y colaboradores de organizaciones terroristas islámicas. "El desarticular este tipo de entramados terroristas es una tarea muy compleja, dijo, debido a sus diversas conexiones internacionales, que exige nuevas formas de investigación, con la colaboración de varios países".

Un golpe al turismo

Las detenciones fueron realizadas en cumplimiento de una petición de ayuda judicial internacional de las autoridades francesas, quienes sospechaban que los ahora detenidos en España tenían vínculos con otros supuestos miembros de Al Qaeda arrestados en su territorio y relacionados con el atentado de Yerba.

Hace casi un año, un camión de gas conducido por un tunecino explotó después de estrellarse contra la sinagoga de la Griba, en la isla de Yerba, lo que produjo la muerte de 16 personas y una treintena de heridos, la mayoría turistas alemanes y franceses. El Ejército de Liberación de los Lugares Santos se atribuyó el atentado, argumentando que se trataba de una respuesta a los crímenes israelíes cometidos contra el pueblo palestino.