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Tras la pista de Al Qaeda

11 de septiembre de 2002

La policía alemana sigue en la brecha, en su lucha contra el terrorismo. Sus investigaciones han vuelto a concentrarse en Hamburgo.

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Detectives decomisan archivos en las inmediaciones de Hamburgo.Imagen: AP

La policía alemana dió un nuevo paso en el combate contra el terrorismo internacional. El martes los agentes registraron una empresa textil en el norte de Alemania y sus filiales en Hamburgo. Su propietario, de 59 años y origen germano-sirio, fue detenido junto a su esposa alemana y sus dos hijos. La documentación requisada pasó a manos de la Oficina Federal de lo Criminal para su examen. Las sospechas apuntaban a un posible entramado de apoyo a organizaciones terroristas.

En terreno pantanoso

Pero por lo que se desprende hoy de las declaraciones de la portavoz de la fiscalía de Karlsruhe, Frauke-Katrin Scheuten, la operación, realizada a gran escala, no ha dado el resultado esperado. Scheuten manifestó que los registros habían concluído, los interrogatorios de los detenidos también y que por lo pronto no se había ordenado su ingreso en prisión. En cuanto al material requisado, la portavoz señaló que aún estaba por evaluar.

Según parece, el presunto reclutador de terroristas, Mohammed Haydar Zammar, al parecer encarcelado en Siria, estuvo empleado temporalmente en la empresa. Otras fuentes cercanas a los servicios de seguridad señalaron que uno de los hijos del empresario investigado estudió electrónica en la Universidad de Hamburg-Harburg, junto a Mohammed Atta y otros miembros de la célula terrorista de Al Qaeda. La portavoz rechazó entrar en detalles y apuntó que los agentes habían llegado hasta el empresario a través de los contactos de Atta.

Reestructuración policial

Los atentados del 11 de septiembre obligaron a las policías mundiales a reformar sus estructuras y su metodología. La principal autoridad policial alemana, la Oficina Federal de lo Criminal, BKA, con sede en Wiesbaden, tuvo que hacer lo propio. Al saberse que tres de los pilotos suicidas habían vivido en Hamburgo, la BKA se convirtió en la mayor brigada especial en la historia de la investigación criminal alemana.

Pese a que el trabajo de sus agentes ya ha conducido a la detención de personas consideradas clave en el entramado de la red terrorista, el presidente de la institución policial, Klaus Ulrich Kersten, se muestra parco a la hora de informar. No obstante, ha alabado el valor y el volumen de la información reunida.

La unión hace la fuerza

El jefe de la BKA considera que la coalición antiterrorista sólo puede enfrentarse a su enemigo invisible a través de una cooperación transparente y directa entre las fuerzas de seguridad de todos los estados. “Al Qaeda no está derrotada y su red mundial prácticamente intacta, por lo tanto no veo otra alternativa,” subrayó.

Por su parte, y con ocasión del primer aniversario de los atentados, el sindicato alemán de policías advirtió de la posibilidad de nuevos actos terroristas y exigió un endurecimiento de las leyes, así como la reducción de penas para los implicados que accedan a prestar testimonio, y la vigilancia de domicilios a través de cámaras.