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Tras la guerra amenaza el cáncer

4 de marzo de 2005

Las consecuencias de las guerras no terminan tras el alto el fuego. El uso de municiones tóxicas provoca entre la población enfermedades y malformaciones, cuyas secuelas perduran durante generaciones.

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Municiones inteligentes con desastrosas consecuencias para la salud de los civiles.Imagen: AP


Las consecuencias de la guerra no siempre salen a la luz pública. Además de las pérdidas humanas y materiales, los efectos de la guerra tardan tiempo en mostrarse. Por esta razón, ciudadanos vietnamitas exigieron indemnizaciones al gobierno estadounidense por las efectos del llamado "agente naranja", munición tóxica utilizada en la guerra de Vietnam. Todavía hoy, tres generaciones después, siguen naciendo en el país asiático niños con malformaciones a causa del veneno.

La guerra contra el cáncer

También en Irak empiezan a aflorar las consecuencias de las guerras de los últimos años. El uso de munición radiactiva durante la primera y segunda Guerra del Golfo provocó un aumento de los enfermos de cáncer y malformaciones entre la población. A través del Servicio de Intercambio Académico alemán, médicos alemanes e iraquíes se reunieron en Jordania para analizar las consecuencias.

Antes se preguntaba: ¿Niño o niña? Ahora esta pregunta se formula de otra manera: ¿Normal o con malformaciones? Así describe la situación Janan Hassan, directora del Hospital Madre y Niño de la ciudad iraquí de Basora.

"Desde 1991 se ha cuadruplicado el número de niños con malformaciones congénitas. Lo mismo que el cáncer entre niños menores de 15 años. Hasta ahora el índice de mortalidad de estos niños era del 80%. No podíamos acceder a la quimioterapia o a los medicamentos", declara Janan Hassan.

Brennende Ölfelder in Kuwait Golfkrieg 1991
La quema de petróleo: otro de los agentes cancerígenos.Imagen: AP

Pero también entre los mayores se pueden observar las consecuencias de la guerra. Jawad Al Ali, doctor en la clínica Sadr de Basora, explica: " En 2004 se registraron un 25% más de casos de cáncer que en el año anterior. Y la mortalidad entre 1988 y 1991 se multiplicó por ocho."

Ambos pertenecen a un grupo de 15 especialistas iraquíes que trabajan con la ayuda de datos epidemiológicos alemanes. Tras su trabajo se esconde la pregunta científica de qué enfermedades provoca una guerra. Y la respuesta es múltiple. En Irak, se consideran como posibles agentes provocadores de enfermedades tanto la quema de los pozos de petróleo, como las fábricas químicas bombardeadas o las armas con munición radioactiva.

Munición cancerígena

El interés de la ciencia analiza especialmente los efectos de la munición con uranio empobrecido. "En ambas guerras en las que participaron tropas estadounidenses y británicas se usaron municiones con uranio empobrecido (Uranio 238). Las radiaciones de esta sustancia son pobres pero es un deshecho peligroso", afirma Eberhard Greiser de la Universidad de Bremen.

"Cuando explota esta munición, el uranio se pulveriza extendiéndose por la zona. Los países que participaron en la guerra niegan por supuesto que este uranio sea perjudicial para la salud. Como epidemiólogo creo que cada radiación ionizada provoca cáncer. Sobra decir que la munición disparada provoca el aumento de los afectados de cáncer", declara Greiser.

Brennende Ölfelder in Kuweit - amerikanische AC-130 fliegen darüber
300 toneladas en un sólo ataque.Imagen: AP

Estadounidenses y británicos dispararon en 1991 durante una sola batalla 300 toneladas de este tipo de munición cuando destrozaron los tanques de la armada republicana en Basora. Tras la guerra se llamó al pueblo a recoger las armas y venderlas al gobierno. Y estos restos estaban contaminados. Entonces se calculó que el 45% de la población estaba contaminada por la radiación al respirar el polvo de uranio. Contando por lo alto son unas 750.000 personas. Seguramente yo sea una de ellas", declara Jawad Al Ali.

Janan Hassan reconoce que los factores que desencadenan el cáncer son muy variados. También podrían ser otros agentes químicos o la alimentación. Sin embargo se pregunta porque no existía esta epidemia antes de la guerra. Hassan está convencida de que la munición es la causa del aumento del cáncer en la región. Por eso considera adecuado que cuando exista un gobierno soberano en el país pida cuentas a Washington y Londres. "Tenemos que exigirlo. Es el precio de la guerra", dice la doctora.