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Trágico récord en Dresde

16 de agosto de 2002

El nivel del Elba alcanzó esta madrugada un récord histórico en Dresde. Los equipos de socorristas desistieron de sus esfuerzos por proteger de las aguas monumentos como la Opera Semper o el Museo Zwinger.

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El centro histórico de Dresde, a merced del agua.Imagen: AP

Este viernes Dresde amaneció sumida en la peor catástrofe natural que recuerde. El nivel del agua alcanzaba esta mañana los 9 metros, superando el récor histórico de 8,77 metros, registrado en 1845. Y la crecida continuaba. Miles de personas han tenido que ser evacuadas y tampoco se consiguió proteger efectivamente el casco antiguo de la ciudad.

La catástrofe se extiende por toda la región. Hay que imaginarse aún la situación como un gran "sálvese quien pueda": la gran ola que se iniciara en el este, y que inundó Praga situada a orillas del río Moldava, entró en el Elba. Este río entra a Alemania por el centro-este y acaba en la nórdica ciudad de Bremerhaven. En su curso atraviesa el estado de Sajonia, en donde más de 20.000 personas han tenido que desalojar sus casas. Magdeburgo, Dessau y Brandeburgo se preparan evacuando a los habitantes, fortaleciendo diques, llenando sacos de arena. Se supone que cuando la riada del Elba llegue al gran puerto de Hamburgo habrá perdido su cariz amenazante.

Mientras que en Chequia y Austria parece que lo peor ya ha pasado, pues el Moldava y el Danubio bajaron su nivel, en Alemania se contiene la respiración, se organiza ayuda para los damnificados y líneas de créditos para la reconstrucción. Hay ya primeros balances tanto económicos como políticos; también hay pronósticos, que halagüeños no son.

Un pequeño balance agrícola

Debido a las incesantes lluvias y sobre todo a las inundaciones, la cosecha en amplias regiones de Alemania se verá disminuida. No sólo se trata de la cosecha de cereales como trigo o centeno, también de la de fruta, verdura y productos para el forraje. Mientras que el presidente de la Asociación de Agricultores, Gerd Sonnleitner, declaró ya que las pérdidas sobrepasarían los 2,5 millones de euros, la ministra de Agricultura, Renate Künast, del partido de Los Verdes, se negó a dar ningún cálculo aproximado aduciendo que todavía es muy temprano, pero aseveró llena de confianza que los precios para el consumidor no sufrirán mayor alteración.

Aunque sea ya un hecho que la cosecha de trigo se reducirá en un 15% en Alemania, la de la totalidad de la Unión Europea será mayor que la del año anterior, lo que mantendrá los precios estables. El panorama en la fruta y la verdura se ve diferente. La cosecha de manzanas, peras, cerezas y ciruelas será muchísimo menor; ni qué hablar de la de papas: en amplias regiones de Alemania, los sembríos y bodegas están anegados.

Un balance político

El drama de las inundaciones ha acaparado los titulares, poniendo todo en segundo plano, incluso la campaña electoral. Sin embargo, la catástrofe natural ha alimentado una discusión política, puesto que el cambio climático les viene al pelo a Los Verdes. Ellos, los ecologistas, vienen tematizándolo desde hace años y proponiendo soluciones, así lo ha declarado la ministra de Medio Ambiente del estado de Renania-Westfalia, Bärbel Höhn. La respuesta de los contrincantes conservadores, en voz de la presidenta del partido CDU, Angela Märkel, no se hizo esperar: el drama que vive la población no debe ser utilizado para la campaña electoral; a pesar de ello, dijo Märkel, el balance de la política medio-ambiental de los últimos años de coalición socialdemocráta-verde no es muy bueno.

El presidente alemán, Johannes Rau, apeló entonces simplemente a la solidaridad: "Todos estamos conmovidos y llenos de solidaridad para con los que lo han perdido todo y temen por su futuro. Lo principal ahora es que todos ayuden, que la política, pero también los vecinos estén dispuestos a ayudar". Y así es, tropas estadounidenses y alemanas intentan a toda costa evacuar una tras otra las ciudades a orillas del Elba, en una guerra contra el tiempo y el agua.