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Tony Blair juega con las cartas a su favor

5 de abril de 2005

El premier británico anunció la celebración de elecciones generales el 5 de mayo, fecha favorable para sus pretensiones de obtener un tercer mandato en vista de que los laboristas aún aventajan a los tories.

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Las encuestas auguran un nuevo triunfo laborista.Imagen: AP

No es que los británicos tengan la mejor de las opiniones de su jefe de gobierno. Por lo menos una encuesta reciente indica que sólo un 14% lo considera honesto. Es la consecuencia de la guerra contra Irak, que le costó muchos puntos de simpatía a Tony Blair, también dentro de su propio partido. Pero la memoria colectiva no parece ser demasiado severa y, a fin de cuentas, a la hora de la decisión lo que más pesa son las cuestiones prácticas.

Los ases de Blair

Es más que lógico, por lo tanto, que al anunciar que las próximas elecciones tendrán lugar el 5 de mayo, el premier no haya dedicado una sílaba al tema de la guerra y se haya concentrado en lo que de seguro le reportará simpatías: la promesa de ocuparse de la política educacional y del sector salud, al igual que del desarrollo económico. Esta es la carta fuerte de Tony Blair, cuyo gobierno tiene un balance excelente en materia económica, con un crecimiento estable y la menor tasa de desempleo de los últimos 30 años.

Suficiente, a todas luces, para poder contar con un nuevo triunfo en las urnas. "El electorado está curado de espanto con Tony Blair, pero aún no está listo para cambiarlo por Howard", comentaba The Times, refiriéndose al líder del partido conservador. De hecho, aunque Michael Howard haya instado a la población a "no recompensar al gobernante por ocho años de promesas rotas", tampoco el dirigente tory puede sacar partido de las magulladuras que sufrió la imagen de Blair por secundar a pies juntillas a Bush en la intervención en Irak. La razón es simple: también los conservadores apoyaron esa guerra.

Temores de atentado

Las encuestas revelan que los laboristas mantienen la ventaja sobre los torys, por márgenes que oscilan alrededor de los tres puntos. Pero esa distancia podría irse reduciendo y el Times incluso da este martes por primera vez la delantera a los conservadores, por cinco puntos, entre los encuestados que efectivamente están decididos a votar. Eso no quiere decir que Blair corra peligro real de perder, pero es un indicio de que dilatar el asunto podría encerrar ciertos riesgos.

Sea como fuere, el primer ministro británico de momento se siente seguro. Un craso vuelco de última hora sería una sorpresa. Salvo que interfirieran factores externos. Algunos expertos británicos advierten del peligro de que Al Qaeda lleve a cabo un atentado en la etapa previa a los comicios y recuerdan lo ocurrido en España, donde el antiguo gobierno se daba por ganador hasta el 11 de marzo, 3 días antes de las elecciones. Sin embargo, habría que poner algo en claro: no fueron los atentados de Atocha los que sepultaron las posibilidades de triunfo del Partido Popular español, sino el deplorable modo en que las autoridades manejaron la información, intentando atribuir la responsabilidad de lo ocurrido a ETA. La falta de credibilidad fue lo que le costó el cargo a Aznar. A Blair, en cambio, no parece perjudicarlo decisivamente.