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Tiempo de sacrificios

20 de octubre de 2002

Sin debate y casi absoluta unanimidad los quinientos delgados del Partido Social Demócrata aprobaron el pacto de gobierno con el partido de coalición Los Verdes.

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El canciller alemán, Gerhard Schröder, felicita al nuevo secretario general del SPD, Olaf Scholz.Imagen: AP

El pacto de gobierno del Partido Social Demócrata (SPD) y los Verdes ha generado una enrome controversia, especialmente por sus disposiciones económicas en el área fiscal y también en el rubro referente al Pacto de Estabilidad. Como si no existiera la controversia, los delegados socialdemócratas lo aprobaron sin chistar, tan sólo uno de ellos votó en contra y uno más se abstuvo. Por lo visto no hay duda entre los socialdemócratas de que este es un acuerdo justo.

Unanimidad sospechosa

El pueblo alemán tendrá que prepararse para tiempos difíciles, según advirtió el canciller Gerhard Schröder, quien habló de tiempos de sacrificio y valor para cambiar. Si el valor para el cambio se demuestra como lo hicieron los delgados socialdemócratas aprobando en tiempo récord de sólo tres horas y sin el mayor debate un pacto tan criticado, es de dudarse. Pero por lo visto el partido ha decidido actuar siguiendo el lema de que la unión hace la fuerza. Después de todo el enemigo es múltiple, empresarios, medios de comunicación, la opinión pública en general ha expresado grandes dudas sobre el plan propuesto por el gobierno.

Olaf Scholz nuevo secretario general

No se puede decir que se haya tratado de un congreso emocionante, pero no tenía porque serlo. Con un 91,3% también hubo unanimidad casi absoluta en la elección del nuevo secretario del partido. Olaf Scholz, hasta ahora presidente del SPD en Hamburgo, y desde ahora secretario general del SPD, prometió que el partido se convertirá en el foro de discusión política por excelencia. Una promesa que por lo menos en el primer congreso del partido no se cumplió.

Anulando fuerzas

Pero aún cuando no se pueda calificar de emocionante, una oferta destacó. La invitación hecha por el canciller Schröder a los miembros del Partido del Socialismo Democrático (PDS), a unirse al Partido Social Demócrata. Aprovechando la debilidad del partido pos-comunista que el pasado 22 de septiembre dejó de ser fuerza parlamentaria, el canciller alemán ve en esta invitación no sólo la oportunidad histórica de poner un fin a la brecha entre las clases trabajadoras, sino también la ocasión de terminar con la competencia en el este alemán.

¿Una meta sin camino?

El canciller Schröder aprovechó el primer congreso de partido para renovar sus promesas en el sentido de que hará de Alemania la nación Europea con la mayor atención a la familia y a la niñez y también una nación en la que la igualdad de sexos será una realidad. Prometió además impulsar el "plan Hartz" con el que pretende reformar el ámbito laboral y mejorar la vuelta al trabajo de los desempleados mediante incentivos y sanciones. Sin embargo no indicó cómo pretende cumplir con todas estas propuestas. ¿Cómo impulsar la vuelta al trabajo sin la creación de nuevas plazas, de dónde obtener el capital para fomentar a la familia? Aún cuando nadie sabe cómo pretende el nuevo gobierno cumplir con sus prioridades, todos saben que en una cosa tiene razón el canciller: A Alemania le esperan tiempos de sacrificio.