Tesón y salchichas en Chile

Hace 150 años llegaron los primeros alemanes colonos a Chile. Los inmigrantes podían explorar económicamente el sur del país, era la idea del Gobierno chileno de aquella época. Y en efecto, en pocos años, los nuevos inmigrantes lograron un significativo bienestar gracias al cultivo de las tierras. Hoy las cosas no han cambiado mucho. Muchas de las empresas de familia son administradas por la cuarta o quinta generación.

Dura faena en tierras pintorescas

La fábrica de salchichas de los hermanos Mödinger, es un buen ejemplo. Sus instalaciones, a orillas del lago Llanquihue y frente a las nieves perpetuas del volcán Osorno, resaltan como una visión cromada del futuro. Los Mödinger vinieron de las cercanías de Stuttgart, al suroeste alemán.

Victor dirige en sociedad con su hermano la empresa que fuera fundada en 1911. Sus conocimientos como carnicero fueron el primer capital que adquirió. "Nuestros productos son producidos sin aditivos químicos y sin soja", dice Victor Mödinger cuya empresa da empleo a 440 personas. La producción de unas 500 toneladas mensuales de salchichas y carnes frías copa las capacidades de la empresa familiar.

Las nuevas exigencias del mercado

Pero no todo es color de rosa en el pintoresco sur chileno. La globalización también impone allí sus condiciones. Y, aunque Mödinger sea un "enemigo de esa basura", reconoce que tendrá que adaptarse a las condiciones de los mercados de hoy. Esto implica probar nuevas recetas, sacar nuevos productos y conquistar nuevos segmentos de mercado. Por eso Mödinger envió a su hijo a prepararse a Alemania, donde conoció el sistema dual de capacitación que tiene en cuenta tanto la teoría como la práctica. Ahora, él mismo entrena a 42 jóvenes chilenos en el sector alimentario. Pero, aún no ha logrado obtener apoyo del Ministerio chileno de Educación para que mejore las condiciones de estudio y práctica de los chicos. "Un joven tiene más oportunidades de empleo si ha adquirido práctica", concluye Mödinger.

¡A la reconquista!... de los mercados

A pesar de todo, algunos cambios son demasiado veloces para este experimentado empresario. El fin de las dictaduras a finales de los años 80 y la ola de privatizaciones en los 90´ atrajeron a inversionistas extranjeros que entonces descubrieron a América Latina. La caída del Muro de Berlín (1989) y la posterior desaparición del Bloque Comunista desvió la vista de los alemanes hacia el Este europeo. "Aunque Alemania siempre ha estado presente en los mercados latinoamericanos, España ha tomado aquí la delantera", concluye Mödinger quien agrega que "incluso los estadounidenses han sido derrotados por los españoles". Chile, por su parte, firmó este año – como segundo país latinoamericano, después de México – un convenio de asociación con la Unión Europea (UE) que prevé la paulatina apertura mutua de los mercados.

Por otra parte, Victor Mödinger aún no ve ventajas en la Zona de Libre Comercio (ALCA) impulsada por los Estados Unidos que entraría en vigor en el 2005. En cuestiones de negocios "los Estados Unidos nunca han perdido y serán los que, al fin de todo, dicten las condiciones", dice Mödinger temeroso del futuro que le deparan las exigencias de los nuevos mercados.

Las necesidades comunes unen

Pero en la vida de los Mödinger no todo son preocupaciones económicas. Ellos siguen cultivando su tradiciones culturales. Una de las actividades cívicas favoritas es participar en las organizaciones comunitarias, como por ejemplo, los bomberos de Llanquihue. Estos empresarios también juegan balónpie en el equipo local. Las relaciones entre chilenos y alemanes inmigrantes siempre han sido estrechas.