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"Sólo tonterías": Schröder se defiende

CHP12 de diciembre de 2005

Gerhard Schröder amenaza con entablar juicios a aquellos que informen erróneamente sobre su participación a la cabeza del consejo de vigilancia de la empresa que construirá y gestionará el gasoducto germano-ruso.

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Nada que temer.Imagen: AP

Por primera vez desde que surgiera la polémica sobre su cargo al frente del consejo de vigilancia del gasoducto germano-ruso, el ex canciller alemán, Gerhard Schröder, se manifestó: "Los políticos y los medios hablan muchas tonterías" afirma en declaraciones al periódico "Süddeutschen Zeitung".

Aclaró que aún no se ha definido quién encabezará el Consejo y agregó que ni siquiera se ha hablado de una retribución hasta el momento. Calificó los montos de entre 200.000 euros y un millón de euros que han sido difundidos por algunos medios de "sumas inventadas y con seguridad demasiado altas".

E.ON y BASF así lo quieren

El ex canciller indicó que no excluye llevar al juzgado a aquellos medios que manejan información errónea. Schröder indicó que su abogado ya ha comenzado a trabajar en el caso. Agregó que para él es "un acto de honor participar en el proyecto".

El ex canciller explicó que el viernes pasado se le preguntó de "parte rusa" si quería asumir un puesto al frente del Consejo de vigilancia de la empresa encargada de construir el del gasoducto.

Schröder dijo que indicó a su contraparte rusa que sólo lo haría si las empresas alemanes E.ON y BASF, que participan en el proyecto, estaban de acuerdo. Poco después recibió sendas llamadas de las cúpulas de mando de ambas empresas pidiéndole que aceptara.

Gobierno estudiará código conducta

Mientras tanto el gobierno alemán se plantea establecer un código de conducta para ex-políticos, tras la lluvia de críticas cosechada por las noticias de que Schröder asumiría el cargo de responsabilidad en el gasoducto germano-ruso.

La polémica surgió el pasado viernes cuando el presidente del consorcio ruso Gazprom, Alexei Miller, anunció que Schröder presidirá el consejo de vigilancia de la empresa que construirá y gestionará el gasoducto.

Schröder fue uno de los más firmes defensores del proyecto, cuyo acuerdo se firmó sólo diez días antes de las elecciones generales alemanas del 18 de septiembre.

Entre la oposición y los propios socialdemócratas el anunció generó muchas críticas. El ex-ministro de Defensa y ahora jefe del grupo parlamentario socialdemócrata Peter Struck pidió la creación de un código de conducta o de honor para ex-políticos similar al de la UE, que establezca un "periodo de incompatibilidad" en el cual un político de alto rango que deje su cargo no pueda asumir ninguna función relevante en la empresa privada.

Duras críticas de amigos y enemigos

El vice-portavoz del gobierno Thomas Steg matizó que, de momento, la idea es analizar cómo han funcionado estos modelos en otros países y ver si se pueden aplicar en Alemania.

Establecer un periodo de incompatibilidad serviría, según el ex-presidente del parlamento, Wolfgang Thierse, para asegurar que "no hay motivo de sospecha de que el político en cuestión pueda aprovechar en la empresa privada los conocimientos adquiridos durante su mandato".

"Con su comportamiento Gerhard Schröder ha infligido un grave daño a la política. Schröder no debe asumir el cargo si no quiere que se interprete como un premio a sus esfuerzos por sacar adelante el gasoducto", dijo el primer ministro de Baja Sajonia, el cristianodemócrata Christian Wulff.

A Schröder no se le reprocha sólo el asumir un puesto en esa empresa sino también que con ello podrá evitar, previsiblemente, rendir parte de sus cuentas al fisco alemán, pues la compañía germano-rusa tendrá su sede en Suiza, uno de los principales paraísos fiscales.