Los verdaderos conocedores vienen ahora. La playa de 40 kilómetros de arena blanca en la costa oeste de la isla invita a pasear en primavera. Y en caso de que haga demasiado frío, se puede visitar el museo de historia local en Westerland, la antigua capital de Sylt. Aquí los visitantes pueden aprender más sobre la rica historia de la isla y la vida de los isleños, cuyo medio de subsistencia fue durante siglos la pesca y la caza de ballenas.
El centro para visitantes Naturgewalten (Fuerzas de la Naturaleza) en List, está dedicado a la geología de Sylt y el biotopo de las marismas. Desde 2009, las marismas son parte del Patrimonio Mundial de la UNESCO.
Sylt es también un lugar lleno de vida y de lugares acogedores. Y su cocina es muy creativa gracias a las ostras, las algas y todo lo que ofrece el Mar del Norte.