Sociedad
Suiza: enviados para quedarse
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Tras huir de la ocupación china, el Dalai Lama los envió a Suiza, pues las condiciones de vida para estos niños en el norte de la India no eran buenas. El dirigente esperaba que de esta forma recibirían una buena educación en hogares acomodados suizos y que más tarde podrían contribuir a edificar un Tíbet libre. Pero ocurrió algo diferente: muchos de los niños se olvidaron del idioma tibetano, vivieron al margen de sus costumbre originales y se convirtieron en adultos infelices. Para algunos, la fe budista fue de gran ayuda.