Sufrido festejo

Festejo al principio, y sufrimiento al final. Así podría resumirse el curso emotivo que para el Bayern de Múnich significó el partido de este miércoles frente al Real Madrid, que ganó por 2 a 1 y le significó pasar a los Cuartos de Final de la Liga de Campeones (Champions League) de la UEFA.

Diez millones de teleespectadores

La que salió ganando, definitivamente, fue la cadena televisiva que transmitió el partido en vivo y en directo. Se calcula que cerca de diez millones de espectadores vieron el encuentro en Alemania, conquistando una cuota superior al 30 por ciento de audiencia. Esto habla, por sí mismo, de la importancia que concedieron los alemanes, no tanto a la eliminatoria en sí, como a la resolución -provisional- de una rivalidad que no conoce medias tintas.

De acuerdo con el Bild Zeitung, la victoria se debió a que "Los titubeos en la defensiva han desaparecido. Van Buyten y Lucio estuvieron a prueba de bombas contra van Nilsterooy y compañía, y el controvertido penal para el 2-1 no cambió en nada el panorama.

El medio campo finalmente se muestra incisivo y con ideas. También los atacantes merecen ser llamados de nuevo así. Makaay y Poldi se coordinan cada vez mejor. Ésta se perfila como una mancuerna de ensueño."

A la carga, desde el principio

A su vez, el técnico del Bayern, Ottmar Hitzfeld, confirmó lo que todos vimos en la pantalla: "Nos habíamos propuesto lanzarnos con todo desde el principio. Cuando se le presentan a uno las oportunidades, de alguna manera encuentra la entereza para aprovecharlas. Lukas Podolski realizó un gran juego."

En efecto, el "Príncipe Poldi" fungió apenas unos cuantos minutos como ariete, pero el temprano gol de Makkay significó cambios también en la estrategia del Bayern: Podolski jugó más atrasado, y en vez de buscar la anotación se dedicó la mayor parte del tiempo a armar juego y "jalar" a defensivos madrileños para crear espacios.

El técnico Capello, en su estupefacción, apenas alcanzó a justificar la derrota por el "error de Roberto Carlos". Quizá hubiera sido más elegante ponderar el papel que jugó Raúl, que no se cansó de correr y buscar hasta el mínimo resquicio a través de un gran sacrificio.

Tanto el técnico provisional Hitzfeld como Uli Hoeneß, hoy importante funcionario del Bayern, se refirieron al juego del miércoles como "una velada maravillosa". Pero el primero se tardó poco en poner de nuevo los pies sobre la tierra. "En principio no hemos logrado nada. Llegamos a Cuartos de Final, pero de un equipo como el Bayern no puede esperarse otra cosa. Tenemos algo de trabajo pendiente, y no podemos dormirnos en nuestros laureles."

Ajustes necesarios

Y es que, en efecto, pese a la victoria el Bayern exhibió algunos resquicios que pudieron costarle caro. Desde el último tercio del primer tiempo, el cuadro bávaro comenzó a ceder paulatinamente la iniciativa al Real Madrid, hecho que se reflejó en peligroso disparo de Raúl a la valla defendida por Kahn.

En el segundo tiempo, a Bayern le salieron bien las cosas con las incursiones relampagueantes de Lucio, que antes de anotar el tanto definitorio había llegado en dos ocasiones peligrosamente al área madrileña. En cambio, en Real Madrid tardaron en manifestarse los ingresos de Guti y el italiano Casanno. Cuando el rendimiento de Raúl, como pivote del equipo, decayó, hubo un notable vacío que hubo de ser llenado hasta la entrada de Robinho.

Éste logró una buena mancuerna con Casanno, y llegó a desequilibrar la defensa del Bayern, que ahora deberá afinar ese tipo de detalles para sus próximos partidos. El domingo, el equipo muniqués tendrá una dura prueba en la jornada 25 de la Bundesliga: se enfrentará nada menos que al segundo lugar en la tabla general, Werder Bremen.