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¡Soy un espectador, sáquenme de aquí!

Cristina Papaleo19 de enero de 2004

El canal privado de televisión alemán RTL pone en pantalla un “reality show” en el que las pruebas de valentía recuerdan a métodos de tortura. No hay principios que valgan en la pugna por el rating más alto.

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El cantante Daniel Küblböck en el "acuario del terror".Imagen: AP/RTL, Stefan Menne

Los ingredientes: un lugar seguro pero de apariencia peligrosa en medio de la jungla australiana; diez celebridades de clase "B" o "C", es decir, estrellitas de televisión o del deporte, que nunca lo fueron, o que se hallan en franco descenso y de tendencias más bien masoquistas; dos moderadores vestidos para la ocasión; algún sádico guionista que cree que los ideales por una sociedad más solidaria han muerto dando paso al "sálvese quien pueda"; más la lucha encarnizada de ambiciosos ejecutivos por la conquista del mayor rating. Agregar animalitos e insectos sin poder de decisión sobre su destino, un público que recuerda al del circo romano y ya está: esta es la receta del nuevo reality show de la televisión alemana: "¡Soy una estrella, sáquenme de aquí!", emitido por la cadena privada RTL.

El show da que hablar -pero no tanto a los espectadores, que no saben bien si creerse o no la historia, eso sí, sin dejar de probar del menú sado-maso- como a los institutos observadores de medios de comunicación, grupos de la iglesia católica y asociaciones de defensa de los animales. Sí, las cucarachas también tienen derecho a réplica. Después de todo, ellas sí sobrevivirán para contarlo.

Métodos de tortura

Daniel Küblböck mit 30.000 Kakerlaken
Daniel y las 30.000 cucarachas.Imagen: AP/ RTL, Stefan Menne

Partiendo del supuesto de que los televidentes son desmemoriados, y no recordarán de cuán mal gusto fue el último de los reality shows que vieron, RTL lanza la versión alemana de la nueva serie. Los diez participantes deben pasar por pruebas de valentía a fin de ganar raciones de comida para todo el grupo. Dichas pruebas lindan con la tortura física y mental, como someter a un cantante de dudoso talento a yacer en un ataúd repleto de cucarachas -30.000 insectos, para ser más exactos-.

El hecho de estar en medio de la selva australiana no significa, como en "Expedición Robinson" -otro reality show- que los participantes arriesguen la vida en la lucha por la supervivencia, intentando pescar o cazar para comer o explorando el territorio, sino que deben pasar por pruebas estructuradas bajo la lógica del chantaje: si no pasan no comen. Según Jo Gröbel, director del Instituto Europeo de Medios de Düsseldorf, "las pruebas recuerdan a métodos de tortura". Una situación límite fue la vivida por el cantante Daniel Küblböck, de 18 años, que ganó popularidad después de su bizarra actuación en la versión alemana de "Operación Triunfo". En la última de la serie de tres pruebas a la que se sometió, tuvo que sumergir la cabeza en una pecera en la que no sólo nadaban pececitos de colores, sino anguilas y hasta arañas acuáticas de tamaño considerable. Reaccionó con un verdadero ataque de pánico.

Walter Eykmann, miembro de un grupo católico manifestó al tabloide alemán "Bild" que "RTL le da prioridad a sus ganancias y al rating por encima del bienestar de los participantes". Cabe mencionar que Küblböck fue elegido por votación del público a realizar tres pruebas de este tipo. Christoph Körfer, vocero de prensa de RTL, respondió a las críticas diciendo que "los participantes actúan voluntariamente y estaban informados de la naturaleza de las pruebas. No estamos torturando a nadie".

Todo por un poco de publicidad

Schlange in Tasmanien, Australien
Tiger snake, Tasmania, Australia.Imagen: AP

Más allá de que los candidatos ganen 1.000 euros por día en el campamento que serán donados a una fundación de beneficencia, el verdadero motivante es la publicidad gratuita que les facilita el programa, y que podría ayudarlos en su carrera, más bien en picada. El rating del show, que se emite en vivo todos los días, creció notablemente, llegando a ganar casi un tercio del total de la teleaudicencia germana.

Un dato interesante: la serie provocó también las críticas de asociaciones de protección a los animales que argumentan que si bien los participantes pueden decidir si tomar parte o no en el espectáculo, las arañas, serpientes y cucarachas no pueden hacerlo. La Asociación Contra la Crueldad hacia los Animales y la Asociación Alemana de Protección al Animal acusaron al programa de utilizar a seres vivos como factor atemorizante en la serie.

Los ‘ganchos’ del guión son, como en todos los "reality shows", no sólo las andanzas de los protagonistas, sino las desavenencias y encuentros en el grupo, habiéndose producido escenas de ‘mobbing’ contra algunos de ellos, actuaciones por debajo del gusto -o mal gusto- de la teleaudiencia. Cabe preguntarse cuál es el peor gusto: el de los artistas en decadencia, el de la cadena televisiva o el del público sensacionalista que consume la serie.