Sindicatos piden una Europa justa

Suerte tuvo el canciller alemán, Gerhard Schröder, de haberse comprometido a acudir a una cita de primer rango este 1 de mayo, en Dublín, donde se celebró oficialmente la ampliación de la Unión Europea. La afortunada coincidencia de fechas le ahorró ser blanco de las rechiflas que seguramente le hubieran llovido si hubiera asistido a una manifestación sindical con motivo del Día del Trabajo, como suele hacerlo cada año el gobernante socialdemócrata.

Reforma "injusta"

Las críticas al programa de reformas de Berlín se manifestaron, a voz en cuello, en los cerca de 100 actos celebrados por los sindicatos alemanes en diversas ciudades del país. En el principal, el jefe de la Confederación sindical DGB, Michael Sommer, afirmó que la política gubernamental no es "social ni justa", granjeándose el aplauso de cerca de 25 mil personas reunidas en Berlín.

Pero este 1 de mayo no es un Día del Trabajo como otros. También en las marchas y manifestaciones estuvo presente el gran tema de la ampliación de la Unión Europea. Los líderes sindicales aplaudieron la adhesión de 10 países, demandando a la vez el establecimiento de estándares mínimos de seguridad social en el ámbito comunitario.

Condiciones decimonónicas

Sommer instó a las autoridades políticas a "hacer de nuestra Europa más que un mero paraíso para especuladores financieros". De lo contrario, tampoco la estabilidad democrática podrá mantenerse por mucho tiempo, advirtió el líder del DGB. "No queremos una Europa en que la brecha entre ricos y pobre se vuelva cada vez mayor", afirmó, puntualizando que la verdadera libertad no es posible sin justicia social.

En este contexto, el dirigente laboral exhortó a los sindicatos europeos a seguir estrechando su cooperación. "Juntos nos opondremos a una espiral de descensos salariales, más horas de trabajo o condiciones y derechos laborales propios del siglo XIX", subrayó Sommer. Desde ya, los sindicalistas calificaron de "desvergonzada" la amenaza de algunos empresarios de trasladar sus plantas de producción a países del Este de Europa, donde los sueldos son inferiores.