Sede de la ONU en Nueva York - un edificio histórico
Representantes de casi 200 países se reúnen en Asamblea General en Nueva York y el mundo dirige su atención a la sede de Naciones Unidas. El edificio tiene gran significación histórica para la política y la arquitectura.
Poder internacional
El edificio sede de Naciones Unidas, en el East River neoyorkino, es una pieza clave de la arquitectura moderna. Fue diseñado a fines de la década de 1940 por arquitectos de renombre como Le Corbusier y Oscar Niemeyer. Este martes (24.09.2013), con el inicio de la 68ª. Asamblea General de la ONU, vuelve a estar en la mira de la opinión pública internacional.
Sala de decisiones
La gran Sala Plenaria ofrece espacio para hasta seis delegados por cada país miembro. En esta imagen de 2012, a lleno completo, los delegados aprueban una resolución que reconoce a Palestina como no miembro con estatus de observador.
Filas vacías
El magnífico salón bajo la cúpula del edificio de la Asamblea General permanecerá vacío esta vez. Tras más de 60 años sin cambios, la sede de la ONU está siendo sometida a una renovación total. Los delegados tendrán que conformarse este año con un salón sustituto sin ventanas y acomodarse en estrechas mesas.
Audaces curvas
La oscilante galería del vestíbulo es todo un símbolo de modernidad. Su arquitectura, posterior a la Segunda Guerra Mundial, debía marcar una nueva época.
La historia del zapato
A diferencia de lo que muchos habían soñado, la Asamblea General de Naciones Unidas ha sido, una y otra vez, escenario de agudos conflictos. El jefe de Estado soviético Nikita Jrushchov, por ejemplo, tuvo tal ataque de ira en 1960 que se quitó un zapato para golpear con él sobre la mesa. En la foto se le ve todavía con el zapato en la mano.
Simbolismo
Otros oradores han seguido subrayando sus palabras, hasta hoy, con símbolos concretos. En septiembre de 2010, el presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, se dirigió al auditorio sosteniendo un Corán en la mano durante la sesión inaugural.
Escándalos
Los conflictos en el Cercano Oriente han generado repetidas tensiones y escándalos en la Asamblea General. En septiembre de 2012, la delegación iraní abandonó la Sala Plenaria durante la intervención del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu. Este año, los observadores esperan gestos más conciliadores del nuevo presidente iraní, Hasan Rohani.
Gestos teatrales
Antes de ser asesinado en el marco de una revolución en su propio país, el ex-presidente de Libia, Muamar al Gadafi, protagonizó varios instantes críticos en la Asamblea General. En 2009 rompió la Carta de Naciones Unidas en el podio y se excedió en su discurso, de los 15 minutos regulares a más de 75.
Arte con nudo
“No Violencia” es el título de la escultura del artista sueco Carl Fredrik Reuterswärd, situada frente al edificio desde 1988. Una réplica de esta pistola sobredimensionada y anudada fue donada también por su creador, en 2005, al entonces canciller alemán Gerhard Schröder. Fue un gesto de agradecimiento por su “no” a la guerra de Irak. Esta copia se halla hoy frente a la Cancillería de Berlín.
Sonido de paz
En la foto, el antiguo secretario general, Kofi Annan, hace sonar la campana de la paz mundial. Este símbolo de Naciones Unidas fue un regalo de Japón en 1954. Entretanto, campanas similares descansan en sitios conmemorativos en otros 20 lugares del mundo. Una de ellas puede verse desde 1989 en Berlín. Más tarde se ubicaron otras en Ciudad de México, Brasilia, Buenos Aires, Quito y Madrid.
Casa llena
El rascacielos de Naciones Unidas es parte visible del “Skyline” o panorama urbano de Manhattan. A la 68ª. Asamblea General asisten más de 130 jefes de Estado y de Gobierno, así como numerosos ministros de Exteriores. Alemania, por ejemplo, está representada por su ministro de Exteriores, Guido Westerwelle.