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Se rompe el hielo entre Alemania y EE.UU.

1 de febrero de 2004

Todo está listo para la visita de Gerhard Schröder a Washingotn. A más tres semanas del viaje, los observadores indican que ambos países superan sus diferencias en pro del pragmatismo político y económico.

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Schröder y Bush vuelve a acercarse.Imagen: AP

Es la primera vez en dos años que el canciller federal alemán, Gerhard Schröder, volverá a ser recibido por George W. Bush en la Casa Blanca. El portavoz de Schröder confirmó que en el marco de la visita oficial de dos días, del 26 al 27 de febrero, Schröder almorzará el día 27 con Bush, para abarcar temas como la reconstrucción de Irak, la seguridad en Afganistán, y el proceso de paz en Oriente Medio.

Debido al rechazo rotundo de Alemania a la invasión de Irak, las relaciones bilaterales se desplomaron hasta alcanzar casi un tono de enemistad. Pero esto parece ser parte del pasado, Schröder regresa luego de dos años de ausencia al centro del poder.

El deshielo

Alemania, lentamente, está dejando de ser non grata desde la perspectiva estadounidense. A nivel oficial, Washington se muestra contenta ante la próxima visita del mandatario alemán. La Administración Bush reconoce que Alemania es un socio imprescindible para seguir construyendo un puente sólido en las relaciones políticas y económicas entre los EE.UU. y Europa.

Los observadores confirman que las relaciones políticas han mejorado notablemente en las últimas semanas. No es que se haya superado el "no" alemán al apoyo de la campaña militar contra Irak, uno de los mensajes centrales de la campaña electoral del 2002, gracias al cual Schröder repitió su mandato como canciller alemán.

No obstante, hoy en día ya no es debido recordar la "atmósfera envenenada" entre ambos países, como dijo en su momento la asesora de seguridad de Bush, Condolezza Rice. Es decir, luego de haber tocado a ese fondo, la relación sólo podía mejorar. "Hemos superado nuestras diferencias y ahora vamos a trabajar juntos", dijo Bush. Asimismo el Ministro de Asuntos Exteriores de Alemania, Joschka Fischer, hace gala de su talante diplomático. Fischer, líder del partido ecologista y pacifista de Los Verdes, reconoce que "a veces hay diferencias en la familia transatlántica, que es una familia de democracias, pero que nunca deja de ser una familia. Los Estados Unidos ocupan un papel central para nuestra seguridad".

Gana el pragmatismo

Desde la Casa Blanca se reconocen los esfuerzos de Alemania para "pacificar" el eje bilateral. Así, Bush elogia el papel que Alemania desempeña en Afganistán, y resucita ahora la amistad tradicional entre los EE.UU. y Alemania.

Pero más allá de una posible conciencia histórica, el móvil parece ser, en primer lugar, pragmático. Después de todo, la reconstrucción de Irak se presenta todo menos fácil, especialmente si se quiere cumplir con la meta de transferir el poder a los iraquíes en medio año. Evidentemente, George W. Bush no puede permitirse contar sólo con su fiel Tony Blair para esta tarea.