Un terremoto de 6,0 grados en la escala Richter sacudió el norte de Italia, dejando seis muertos y varios heridos a su paso. La región de Emilia-Romaña, con capital en Bolonia, fue la más afectada. Los temblores llegaron hasta la Toscana y Tirol del Sur. Las réplicas del terremoto produjeron más derrumbes de edificios.