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Schröder y su "mano de hierro"

José Ospina Valencia26 de septiembre de 2003

El canciller alemán, Gerhard Schröder, sacó hoy adelante la reforma sanitaria, puntal de la Agenda 2010, gracias al apoyo de la oposición conservadora y tras poner bajo presión a las propias filas roji-verdes.

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¿El nuevo canciller de acero?Imagen: AP

Schröder, quien horas antes de la votación en el Parlamento condicionó el futuro de su coalición de gobierno a la obtención de una mayoría propia, salvó su "pellejo" en el último momento, tras poner de nuevo en práctica la estrategia del pulso interno con su partido, el Socialdemócrata (SPD). El Bundestag, la Cámara Baja del Parlamento, dio el sí a la reforma por 517 votos a favor, frente a 54 en contra y tres abstenciones, gracias al apoyo de la oposición conservadora, con la que la ministra de Sanidad, Ulla Schmidt, había acordado su proyecto.

No todas las ovejas atienden al pastor

Tras esa amplia ventaja del sí se esconde un duro tira y afloja entre Schröder y sus filas por conseguir una mayoría roji-verde en la votación nominal, algo que logró por el escaso margen de un voto por encima de los conservadores. El canciller, quien desde su llegada al poder, en 1998, ha amenazado a los suyos repetidamente con tirar la toalla para frenar disidencias, recurrió de nuevo a esa táctica e incluso hizo regresar prematuramente de EE.UU. a su ministro de Exteriores, Joschka Fischer, para asegurarse hasta el último sí. Con o sin pulso interno, al canciller se le escaparon seis votos a favor del no (por parte del SPD), más una abstención (de las filas verdes). Una deserción más habría dejado en el descrédito su reforma y, quizás, precipitado una crisis de Gobierno. Las reforma del sistema de salud ha sido objeto de fuertes críticas de un sector del SPD y su socio, los Verdes, por los sacrificios que implicará al paciente, en aras de recortar los gastos de la seguridad social y rebajar las cuotas al contribuyente.

Fertilización y no esterilización

El paciente deberá asumir una media del 10% de los costes de estancias hospitalarias y visitas al médico, hasta un tope del 2% de su sueldo bruto anual - un 1% en el caso de enfermos crónicos. Se suprimirá asimismo la restitución de gastos de desplazamiento al médico en taxi y los tratamientos de esterilización no estrictamente necesarios y se limitarán los de fertilización artificial.

Con la reforma se pretende aliviar el abultado déficit de los seguros de enfermedad y "reeducar" al paciente alemán, hasta ahora mimado por un sistema social que le permitía acudir libremente y de acuerdo a su criterio a cualquier especialista. La reforma de salud es el único entre los grandes proyectos de la Agenda 2010 acordado con la oposición y probablemente también el único que pasará el listón del Bundesrat, la cámara alta,de mayoría conservadora.

El sustento del Gobierno

Mientras el Bundestag aprobaba la reforma de salud, en el Bundesrat se perfilaba un maratón de rechazos a otros proyectos gubernamentales no avalados por la oposición. Superada la votación del Bundestag, el ministro de Finanzas, Hans Eichel, defendió el adelanto en un año de reforma fiscal - que los conservadores rechazan por estar fundamentada en un nuevo endeudamiento- o la reestructuración de la financiación de las administraciones locales - a la que asimismo se vaticina un no en esa cámara. También, el portavoz del Gobierno, Bela Anda, le redujo el calibre a las amenazas lanzadas por Schröder a los suyos y aseguró que "el canciller no amenaza con dimisiones", aunque sí advirtió de la necesidad de cerrar filas para sacar adelante una Agenda 2010 que no podrá sustentarse siempre en el consenso con la oposición.